No es fácil encontrar un concepto de educación que la defina en toda su amplitud. Según Patrini, esta cierta dificultad para definirla tiene que ver con el hombre que es una realidad muy compleja, con multiples implicancias y dimensiones, por lo cual en el acto educativo intervienen muchos agentes educadores externos al sujeto de la educación; los integrantes de la familia, los amigos, la comunidad, los medios de comunicación, la Iglesia y los maestros o profesionales que tienen la responsabilidad de la educación formal.
Entender la educación en toda su amplitud y complejidad, nos lleva a considerar que para lograr su objetivo es absolutamente necesario que el Estado, las instituciones involucradas y la sociedad en su conjunto asuman como su principal responsabilidad la tarea educativa ya sin ella no es posible alcanzar un desarrollo humano integral, ni lograr una mejor calidad de vida para toda la sociedad1.
En esta perspectiva, el Acuerdo Nacional, en su décimo segunda política de Estado se compromete a: “garantizar el acceso universal e irrestricto a una educación integral, publica, gratuita y de calidad que promueva la equidad entre hombres y mujeres, afiance los valores democráticos y prepare ciudadanos para su incorporación activa a la vida social”. Así mismo se compromete a fomentar “una cultura de prevención de la drogadicción, pandillaje y violencia juvenil en las escuelas”2
Asimismo, las Políticas de Educación al 2021 se proponen: 1º Asegurar el desarrollo óptimo de la infancia a través de la acción intersectorial concertada del Estado con cada Región.
Comprende los objetivos:- Atender las necesidades básicas de los niños de 0 a 3 años de edad-Apoyar a la familia para una crianza sana respetuosa y estimulante. – Promover entornos comunitarios saludables.
2º Trece años de buena educación sin exclusiones. Entre otros se propone: prevenir la deserción y la repetición en la educación primaria, superar las discriminaciones de género.
Es por ello importante reconocer que durante las primeras etapas de la vida como son la primera infancia, la niñez y la adolescencia, la responsabilidad de la educación corresponde a: La Familia, La Escuela y La Comunidad; ninguna aislada de la otra, menos aún en contradicción, sino unidas por una identificación de objetos y esfuerzos para contribuir al logro de los postulados del Plan de Nacional de Educación.
La Familia primera comunidad educativa:
El logro de esos objetivos compromete de manera particular a la familia, considerando que “la infancia y la niñez son momentos iniciales del encuentro con el significado de la realidad total y en alguna medida, también consigo mismo. Y que en la pubertad y la adolescencia se vive una fase decisiva en muchos aspectos para la formación de la personalidad”. 3
La educación en la familia se inicia con el nacimiento, aunque algunos estudios, muestran que la relación del niño con el mundo exterior empieza desde el vientre materno y que las condiciones de alimentación, cuidados de la madre y demostraciones de afecto en esta etapa predisponen, además de la carga genética, las condiciones de salud física y mental del niño al nacer. Así, la familia es o debe ser “la primera encargada de satisfacer las necesidades físicas y psíquicas de las personas: de desarrollo de la personalidad de los niños y del equilibrio emocional de los adultos”.4
La familia es o debe ser, el primer espacio de socialización del niño y de estructuración de la personalidad del individuo. Es la primera instancia donde el niño se enfrenta a la realidad de la vida, desde ella aprende a ubicarse en la realidad externa, en el medio socio-económico y cultural donde vive. En este núcleo el niño aprende los hábitos, creencias, valores y actitudes que faciliten un adecuado nivel de interacción familiar y social.
Es allí donde se forma patrones de conducta respecto a la autoridad, el respeto al otro, la tolerancia, los placeres del cuerpo, las nociones sobre la social, lo trascendental y lo espiritual.
En relación a la familia, el Acuerdo Nacional se compromete “fortalecer la familia como espacio fundamental del desarrollo integral de las personas, promoviendo el matrimonio y una comunidad familiar respetuosa de la dignidad y de los derechos de todos sus integrantes. Garantizar el bienestar, el desarrollo integral y una vida digna para niños, niñas, adolescentes y jóvenes, en especial de aquellos que se encuentran en situación de riesgo pobreza y exclusión” 5
Las condiciones y la calidad de la educación decidida en la familia se reflejan en las relaciones que los niños establecen en el mundocircundante, en otros espacios sociales, especialmente en la escuela. Si viven en una familia sumamente dominante, autoritaria, caracterizada por relaciones de violencia, de sumisión, carente de afecto, indiferentes, con un relativismo moral, sin respeto mutuo, etc. Ellos reproducirán estas conductas en sus relaciones con los maestros y con sus compañeros y por supuesto en su rendimiento escolar.
Por esto las políticas de prevención y de atención dirigidas a la familia deberían tener una alta prioridad para alcanzar las metas del Acuerdo Nacional y de la Política Nacional de la Educación. De no ser así, los mejores esfuerzos pueden fracasar generando no sólo una pérdida económica sino sobre todo, humana de miles de niños y jóvenes que no lograrán su realización personal y no contribuirán al progreso del país.
Realidad de la familia en nuestro país:
La familia peruana, refleja el modelo del “orden” social existente: patriarcal autoritario, caótico, individualista, violento y con una corrupción que socaba los valores de la sociedad. La familia atraviesa una grave crisis, no solamente de tipo económico sino también en su estructura. Existe un aumento de familias mono parentales, familias solo de abuelos y nietos o de niños con parientes. En las ciudades, por el trabajo de los padres los niños se quedan con frecuencia solos y en el mejor de los casos con empleadas del hogar.
La situación de pobreza y extrema pobreza que todavía afecta al 31% de nuestra población rural y de los asentamientos humanos de los urbes, contribuye a generar en las familias relaciones de maltrato, de agresión física y verbal, de sumisión de escasa comunicación y de indiferencia de unos con otros. Los “niños de la calle” los niños trabajadores, la explotación sexual de menores, entre otras son las consecuencias de la violencia intrafamiliar agudizada por la pobreza.
Las familias urbanas de clase media y alta, tienden a “modernizarse” adoptando actitudes y relaciones más flexibles, de mayor igualdad entre géneros y favoreciendo más libertad en niños y adolescente. Sin embargo, estos cambios no siempre tienen un acompañamiento de educación responsable por parte de los padres o mayores, dejando a los niños y adolescentes huérfanos de orientación, de efecto y de apoyo.
En el rol educativo de la familia se suscitan con frecuencia confusiones entre autodeterminación y libertinaje, autoridad y prepotencia, disciplina y desorden, obediencia y conformismo, protección y sobre protección, amor y sexo, moral y restricción de la libertad, etc. Situación que con frecuencia empuja a los niños y adolescentes a la calle, donde viven situaciones de alto riesgo físico y moral.
Al respecto, el Papa Benedicto XVI dice “La fidelidad a la Palabra de Dios lleva a percibir cómo esta institución- la familia- está amenazada también hoy en muchos aspectos por la mentalidad común. Frente al difundido desorden de los afectos y al surgir de modos de pensar que banalizan el cuerpo humano y la diferencia sexual, la Palabra de Dios reafirma la bondad originaria del hombre, creado como varón y mujer, y llamado al amor fiel, recíproco y fecundo”6
Consecuencia de estos problemas en las familias son las situaciones y conductas inapropiadas que presentan los niños y adolescentes en la escuela, desde el bajo rendimiento, el ausentismo, la deserción y la repitencia hasta conductas violentas, agresivas, drogadicción, embarazo precoz y otros.
Datos oficiales informan que el mayor porcentaje de deserción se presenta en Primaria (17.3% frente a 13.4% en Secundaria). Las más altas tasas de deserción y repitencia se presentan en el 2do. y 3er. grado de primaria. En relación a Secundaria, solo el 34.5% de adolescentes logra concluir este nivel en todo el país.
En las comunidades se ubican factores que propician la conducta de los adolescentes tales como: lugares de consumo y comercialización de drogas, delincuencia y pandillaje, prostitución, numerosas casas de juego, y discotecas que permiten el ingreso de menores así como hostales, moto taxis “parranderos”, delincuencia, cabinas de internet sin control, etc. y falta de una vigilancia adecuada por parte del serenazgo y la policía en las zonas cercanas a los centros educativos.7
La realidad que aquí se presenta es dura y compleja. Podría parecer que es propio de un sector poblacional asociado a la pobreza, sin embargo en los sectores medios y altos también se presentan problemas semejantes, así como otras formas de carencia y de violencia.
Una situación que afecta al común de familias de todos los niveles sociales es el horario escolar turnos de mañana y de tarde, lo que ocasiona una cierta forma de “abandono moral de los niños y adolescentes” quienes al regresar a su hogar se encuentran completamente solos, sin ningún apoyo ni control.
Revertir los problemas antes señalados exige el trabajo concertado de todas las entidades del sector público y privado, de la iglesia y de toda la sociedad civil. Es necesario convocar la participación de profesionales de distintas disciplinas para que conformando equipos multidisciplinarios de maestros, psicólogos, trabajadores sociales y otros especialistas, trabajen, en la escuela, con la familia y la comunidad, para lograr “que todos (los estudiantes) tengan oportunidades y resultados educativos de buena calidad sin exclusiones de ningún tipo, que los estudiantes logren aprendizajes pertinentes…que les permita desempeñarse en la perspectiva del desarrollo humano y que tengamos una sociedad que educa bien a sus ciudadanos y los compromete con su comunidad”8
Trabajo social en el campo educativo:
El profesional de Trabajo Social o Servicio Social interviene en el campo escolar desde el año 1953, por R.S. 1359 del Gobierno de Manuel Prado. Su finalidad era “atender los problemas socio familiares que afectaban al rendimiento de los alumnos”. Se crearon entonces oficinas de Servicio Social a cargo de una Asistente Social en todas las Grandes Unidades Escolares y en las escuelas de Educación Especial, pero en 1968 el Gral. Juan Velazco Alvarado dio el D.L. 17177 suprimiendo el Servicio Social Escolar y otros servicios afines, en las Grandes Unidades Escolares, no así en las escuelas de Educación Especial. Se derivó la atención de los alumnos con problemas a los servicios de salud cercanos a los colegios. Al parecer por razones de presupuesto y también porque en esos años los problemas de los alumnos, provenían principalmente de situaciones de pobreza de las familias.9
En 1988 por gestión de Colegio de Asistente Sociales del Perú, el Ministerio de Educación expide de R.M. Nº 615 refrendada por la entonces Ministra de Educación Sra. Mercedes Cabanillas. Se establece que “en concordancia con los lineamientos de la Política Educativa, es conveniente dotar a las Unidades de Servicios Educativos de un Equipo de Servicio Social para desarrollar acciones de orientación socio familiar y coordinación multidisciplinaria para el logro de la formación integral de los alumnos”.
Así mismo ordena que se constituya – en cada unidad educativa-un equipo interdisciplinario de no más de 3 profesionales de Servicio Social, para que en coordinación con otros especialistas como psicólogos y médicos y las organizaciones de la comunidad participen en la solución de las situaciones conflictivas de los educandos.10
A partir de entonces se contraten trabajadores sociales para cubrir plazas de maestros o para ocupar las horas de Orientación y Bienestar del Educando; tiempo muy escaso para que el trabajador social cumpla sus funciones. En muy pocos centros educativos de Primaria y Secundaria se abren plazas de Servicio Social o Trabajo Social o de tutoría a tiempo completo. Por lo general hay sólo una profesional que debe cumplir las funciones que le corresponden, atendiendo a más de 1,000 alumnos, a sus familias y además coordinar con la comunidad. No obstante estas limitaciones existen varios casos de trabajadoras sociales con experiencias muy interesantes y alentadoras que demuestran la importancia de la profesión en el campo escolar.
El papel del trabajador social:
El Trabajador Social o Asistente Social, es un profesional que tiene una formación universitaria, basada en principios humanistas y democráticos; se encuentra capacitado para aplicar en forma disciplinada y creativa sus conocimientos científicos, metodológicos y técnicos en la prevención y tratamiento de problemas que afectan el bienestar social de las personas.
En el campo de la educación debe atender específicamente los problemas de bienestar social de los alumnos (bajo rendimiento, ausentismo frecuente, problema de salud, de relaciones sociales en la escuela, hogar y comunidad; y otras limitaciones con el ámbito familiar etc) que afectan su desarrollo educativo integral, involucrando la participación de la familia, de la escuela y la comunidad. Trabaja en equipos multidisciplinarios de maestros, psicólogos, médicos, terapeutas, etc. Aporta su conocimiento de la realidad en que viven los alumnos y contribuye a una mejor comprensión y afronte de los problemas. El Trabajador Social es un profesional de campo, lo que le permite conocer de cerca el ambiente familiar y social en el que viven los alumnos. Al mismo tiempo puede establecer una relación más empática con la familia.
Sin ese conocimiento de las situaciones concretas en que se desarrollan los niños y adolescentes, será difícil lograr metas educativas de éxito. Las medidas y soluciones que se den en el ámbito escolar se verán entorpecidas por los problemas del hogar y del medio ambiente donde se desenvuelve el mayor tiempo de vida de los alumnos.
El Trabajo Social en este campo de intervención: Finalidad:
– Contribuir al logro de los objetivos de las políticas educativas, apoyando la labor de maestros y de otros especialistas, promoviendo espacios de comunicación y diálogo entre educadores, educando, familias y comunidad.
Objetivos:
– Revalorar la función educadora de la familia, en particular de los padres, promoviendo una participación responsable y activa en el proceso educativo de sus hijos.
– Fortalecer el compromiso de la familia como unidad básica de apoyo al logro de los objetivos educativos de la escuela.
– Atender las situaciones socio familiares y de la comunidad que afectan el aprendizaje y desarrollo integral de los alumnos.
– Impulsar la participación responsable de las instituciones básicas de la comunidad en las acciones educativas de la escuela.
– Realizar investigaciones sobre los problemas y necesidades de los estudiantes y aportar sugerencias y recomendaciones a la unidad educativa.
– Asesorar a la comunidad educativa en la solución de situaciones difíciles de los estudiantes.
Son políticas básicas del Trabajo Social:
– Dar prioridad a una intervención preventivo- promocional, ubicándose preferentemente en los niveles de educación inicial y primaria. En el nivel de secundaria se aplicarán principalmente, métodos de recuperación social y de promoción educativa.
– Actuar en equipos multidisciplinarios para el análisis y solución de los problemas y necesidades de los escolares que exigen la contribución de varios especialistas.
– Actuar con creatividad y audacia proponiendo alternativas novedosas que atraiga a grupos amplios de estudiantes y familias comprometiendo a intervenir en la solución de los problemas.
– Fomentar y defender los derechos humanos de los estudiantes y de toda la comunidad educativa, promoviendo valores de solidaridad, de tolerancia, de respecto y responsabilidad.
– Movilizar la participación y la responsabilidad social de las organizaciones de padres de familia y de la comunidad para la solución de los problemas y amenazas a la seguridad e integridad de los escolares.
Procedimientos Metodológico de intervención social:
Es un proceso participativo en el que se involucra al propio estudiante, a los padres de familia y a los integrantes del equipo educativo, según lo requiera cada situación:
– Estudio de la situación socioeconómica: alimentación, salud, higiene, vivienda, trabajo, recreación, relaciones familiares y del medio ambiente de los escolares.
– Identificación y análisis de los resultados del estudio, elaboración del diagnóstico social y determinación de las habilidades y fortalezas que deben ser trabajadas. En este momento se determina los niveles de intervención: casuístico, grupal o comunitario. Se establece también la transferencia de los problemas a otros especialistas: psicólogos, médicos, terapeutas de familia, abogados, etc.
– Planeamiento o elaboración de proyectos y programas sociales que deben ser desarrollados o del plan de trabajo para los casos individuales.
– Ejecución de los proyectos y programas mediante la aplicación de las técnicas previstas (de casos, grupales, comunitarias) y la movilización de los recursos necesarios.
– Evaluación parcial y final de los resultados obtenidos con lo que retroalimenta su intervención.
Este perfil profesional de los trabajadores sociales permite reconocer la importancia de su contribución al logro de los objetivos de la Política de Educación y en consecuencia a un desarrollo humano integral con inclusión social desde la primera infancia.
Por lo expuesto es de vital importancia la reincorporación del Trabajo Social en el campo educativo.
Notas a pie de página:
1 Patrini Luigi – Elementos para una Metodología Educativa en los Valores Éticos y Políticos. CISE-PUCP-Lima 1991.
2 Políticas de Estado-Acuerdo Nacional – Lima 2010
3 Patrini Luigi – op. cit.
4 Sara Lafosse Violeta –Art. En Familia y Violencia en el Perú de Hoy Rev. Enfoques Peinanos Nº3-Fundación Friedrich Naumann y CPBS-1986.
5 Políticas de Estado –op.cit.
6 Benedicto XVI-Documento Pontificio VERBUM DOMINI- Ed. Paulinas y Epiconsa-2010.
7 Conclusiones Jornada con trabajadoras sociales de centros educativos-CPBS-Lima 2011.
8 Propuestas de Políticas de Educación al 2016-Consejo Nacional de Educación. Lima 2010.
9 Sarmiento Sánchez Clemencia-Art. El Trabajo Social Escolar en el Perú. Lima 1985.
10 Resolución Ministerial Nº 615-ME. 1988.
MG. CLEMENCIA SARMIENTO SÁNCHEZ
Asistenta Social graduada en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Realizo estudios de especialización en Educación para Niños Especiales en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Curso estudios de Maestría en Antropología Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Trabajó como Asistente Social en el Instituto de Educación Especial N° 3 y en Programas de Asistencia Social.
Ejerció la Docencia durante 30 años en la Facultad de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Ejerció los siguientes Cargos:
• Decana de la Facultad de Trabajo Social por cinco períodos en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
• Profesora Invitada en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica Madre y Maestra de la Republica Dominicana.
• Investigadora Principal del Proyecto Pedagógico en Trabajo Social en América Latina en el Centro Latinoamericano de Trabajo Social – CELATS.
• Profesora en el Curso de Postgrado en Trabajo Social con Familias en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Panamá.
• Directora Académica de Proyección Social y Extensión Universitaria en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
• Decana Nacional del Colegio de Asistentes Sociales del Perú.
• Representante Legal de la Asociación Latinoamericana de Trabajo Social -ALAETS en el Centro Latinoamericano de Trabajo Social -CELATS.
• Vicepresidenta de la Región Andina de la Asociación Latinoamericana de Escuelas de Trabajo Social.
• Miembro Fundador y ex Presidenta del Consejo Directivo del Centro de Educación y Prevención sobre el Abuso de Drogas (CEDRO).
• Secretaría de Finanzas para la Región Andina de la Conferencia Interamericana de Bienestar Social.
• Presidenta del Comité Peruano de Bienestar Social en cuatro periodos anteriores y actual Asesora del mismo en donde ha elaborado dos importantes proyectos que son:
– Proyecto de reincorporación del Trabajo Social en los Centros Educativos el cual ha sido presentado al Congreso de la República
– Proyecto de Especialización en Trabajo Social con Familias, del cual presidió la Comisión, hoy como Maestría en Trabajo Social con Familias el cual continúa impulsando.