Perú
María Villa Buitrón
Resumen
La educación es la fuente de crecimiento individual y colectiva. Es desde esta premisa que durante años los discursos políticos y académicos han estado orientados a resaltar su importancia, colocando en evidencia las diferencias abismales a nivel mundial. En América Latina una de las regiones más desiguales del mundo se ha empezado a dar prioridad a este aspecto durante los últimos años, sin embargo, en esta misma región, más allá de las políticas planteadas éstas han de tener efectos particulares en cada una de los países que la conforman debido a la diversidad económica y cultural que hay en cada país. En el caso del Perú, un país con una gran diversidad cultural, esto va a generar que las medidas a adoptar sean también más complejas por lo que su aplicación deberá tener las condiciones para llegar a los lugares más recónditos del país. La educación en el Perú tiene como marco a la pobreza, condición que por años nos ha acompañado y razón de ser de las estrategias desarrolladas por los diversos Gobiernos.
El presente artículo priorizará su análisis en los estudiantes de la educación básica regular, análisis que tendrá como sustento la experiencia profesional desarrollada en instituciones educativas de Lima Metropolitana, caracterizadas por estar ubicadas en zonas de alto riesgo social y donde eran altos los índices de violencia escolar. Previa contextualización se desarrollarán las razones por las cuales las instituciones educativas han de contar con un equipo que brinde soporte socioemocional a la comunidad educativa, pero sobre todo de la importancia de la profesión del trabajo social en este ámbito donde también hay una lucha por lograr la justicia social sobre todo en favor de la población que se encuentra en situación de vulnerabilidad.
La calidad de la educación
La educación es un derecho universal, donde la cantidad implica el acceso a la educación de todas y todos, que la sociedad en general cuente con el número de instituciones educativas para la inserción de estudiantes y éstas a su vez cuenten con el número de vacantes suficientes a fin de que ningún niño se quede sin acceder a este derecho; y donde la calidad es el otro elemento importante también y quizás el más complejo de desarrollar, sus esfuerzos han de considerar elementos vinculados al contexto escolar y sus interacciones; además los resultados han de evidenciarse a mediano o largo plazo.
En el Perú, según la Ley General de Educación N°28044, la educación cuenta con una serie de principios, uno de ellos hace referencia precisamente a la calidad, entendida como aquello que “… asegura condiciones adecuadas para una educación integral, pertinente, abierta, flexible y permanente” (p. 248944). Mas adelante, el Art.N°13 reconoce la importancia de la calidad a fin de que la persona pueda contar con la formación que le permita enfrentar los retos de la vida y ejercer una ciudadanía responsable, además este artículo hace énfasis en elementos como el currículo básico, la inversión para la provisión de materiales, infraestructura, además de la importancia de la “organización institucional y las relaciones humanas armoniosas que van a favorecer el proceso educativo” (p. 248944). Este último aspecto es a su vez sumamente amplio debido a que la organización de una institución implica considerar a toda una estructura con diversas funciones las cuales para un desempeño adecuado han de estar conectadas entre sí, y que al estar compuesta por personas las relaciones entre cada miembro han de ser las más óptimas a fin de que los resultados sean también los mejores. Recordemos que estas interacciones tienen como marco general un contexto político que durante años se ha mostrado inestable y un contexto social sumamente complejo caracterizado por una fuerte desigualdad el cual se ha ampliado considerablemente a raíz de la pandemia, profundizando las brechas ya existentes. La pandemia de la COVID-19 ha puesto en jaque no solo la educación en el Perú sino en todo el mundo, sin embargo, las condiciones estructurales para afrontarla han sido distintas en cada país.
Cabe mencionar que, según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2021) denominado Desigualdades Educativas en América Latina, el Perú ha aumentado en los últimos años la tasa de cobertura en las escuelas, sin embargo, aún se muestran dificultades para la retención escolar en el nivel secundario. Esto significa que aún persiste la deserción escolar, situación a la que se suman además las dificultades que tendrá que afrontar el estudiante si logra reincorporarse por todo lo que significa a nivel conductual y social el retraso escolar. Ahora bien, a pesar de estas dificultades, este derecho se ha ido desarrollando paulatinamente, sin embargo, la situación de crisis como la que aún estamos viviendo genera que esto se detenga siendo mayoritariamente afectados quienes en algún momento fueron favorecidos, debido a que estas condiciones difícilmente sostendrán a alguien que se había reincorporado al sistema educativo.
Al respeto Vegas y Petrow, citadas en un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) refieren:
Los talentos, recursos y comportamientos de los estudiantes están influenciados por sus familias y hogares; los de las escuelas por los profesores y las autoridades administrativas. El contexto económico, social y político es el telón de fondo para todas estas interacciones.
p.33
Por lo tanto, el contexto influye considerablemente en la niña, niño o adolescente, un estudiante que traerá consigo no solo una mochila con los materiales para su aprendizaje sino también una mochila que lleva consigo un conjunto de problemas pues él también no solo recibirá los estragos de un contexto familiar, social y político cada vez más complejo sino también de una pandemia que solo profundizará su situación de vulnerabilidad.
La mochila social del estudiante: La realidad de nuestro país y nuestros estudiantes
Es necesario mencionar que la pobreza y desigualdad de un país no afectan a todos los ciudadanos por igual, y aquí es necesario mencionar un conjunto de elementos entre ellos la importancia de la inversión en el desarrollo infantil temprano (DIT), pues son en los primeros años de vida que se van definiendo las bases para que el ser humano pueda desplegar todas esas capacidades y habilidades que aporte a la sociedad. Las razones por las cuales el Estado considera el DIT como una prioridad son diversas, entre ellas, de que es un derecho por lo tanto amerita su obligatorio cumplimiento, es la etapa de mayor vulnerabilidad debido a que los niños están expuestos a diversas enfermedades y además es que la inversión en esta etapa se convierte en una oportunidad para reducir desigualdades (MIDIS,2020). Ahora, si bien la inversión en esta etapa es imprescindible, es necesario reconocer que también lo es prolongar el énfasis e inversión en las siguientes etapas de formación, más aún cuando evidenciamos que la pandemia de la COVID-19 solo ha reforzado muchas de las situaciones ya existentes en nuestro país, donde la niñez y adolescencia cuentan con familias cuyos empleos son mayoritariamente informales, donde la presencia a nivel afectivo de los padres se verá relegada por las preocupaciones respecto a cómo se van a solventar los gastos por alimentación, pago de alquiler, o de servicios, donde además la violencia dentro del hogar es una constante envuelta por mitos o creencias convertidas en verdades y naturalizadas con el objetivo de disciplinar a los niños. Así lo demuestran los datos emitidos por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP,2021) los cuales describen una realidad sumamente dolorosa en donde se reportaron solo de enero a abril de este año 16 262 casos de violencia hacia niñas, niños y adolescentes en todo el Perú, de ellos 75 fueron por violencia económica, 6680 por violencia psicológica, 4984 casos por violencia física y por violencia sexual 4523 casos, entonces podemos colegir que si bien se vienen tomando mayores acciones frente a este flagelo, esto resulta insuficiente para atenderla en toda su dimensión.
Otro elemento a analizar es el nivel de interés de los padres o cuidadores respecto a la importancia de la educación, el cual resulta estar en desventaja frente a la necesidad imperiosa de tener ingresos para subsistir. La educación es comprendida también como aquello que tendrá sus efectos a largo plazo, por lo tanto, no cubre las necesidades inmediatas, siendo relegado, postergado y difícilmente recuperado. El interés de los padres parte también de la propia experiencia de vida de los padres, de su formación, de la ocupación o nivel educativo; sin que algunos de estos elementos sean determinantes se hace referencia a ello porque es esa valoración que le darán al aspecto educativo la que influye poderosamente en su involucramiento o acompañamiento de las actividades escolares de sus hijos. Son estos problemas económicos y familiares las razones principales por los cuales niños y adolescentes no se matricularon o no asistieron a sus clases virtuales habiéndose matriculado (57%), la situación se torna más complejas cuando tenemos que solo 51,9% de niños entre 6 a 11 años de los que asistieron accedieron al internet, y que dentro del grupo de los que logran acceder a este recurso tecnológico lo hacen desde un celular el 75%, y el otro 25% lo hace desde una cabina pública u otro medio. Esta situación nos lleva a reflexionar sobre las dificultades y condiciones en las que han desarrollado sus clases miles de estudiantes a pesar de las acciones desarrolladas desde el Gobierno (INEI,2021)
Es a los estudiantes a quienes se dirigen los esfuerzos de un sistema educativo cuyo objetivo es generar esos aprendizajes para la vida, sin embargo y considerando lo antes expuesto nos planteamos la siguiente pregunta ¿están nuestros estudiantes preparados para asimilar estos nuevos aprendizajes y permanecer en el sistema educativo? Ya el BID (2013) hacía referencia a esta situación en su módulo Los nuevos Retos de la Educación: “Las condiciones socioeconómicas de los estudiantes y su entorno inciden en la deserción, debido a que entornos deprimidos se valora poco educarse y son bajas las aspiraciones de desarrollo personal y ascenso económico y social” (p.22)
Frente a la dimensión de esta realidad es necesario intervenir de manera responsable con medidas que realmente actúen para la atención de estas problemáticas, por lo tanto, es necesario contar con las mejores estrategias de intervención y los profesionales con la experiencia en el manejo de la realidad nacional y sus problemáticas sociales.
Trabajo Social, aproximaciones para una intervención oportuna.
Recordemos que el Trabajo social es una profesión que desde sus orígenes tuvo como marco la desigualdad, la pobreza, y las injusticias sociales. Si bien existía inicialmente una motivación religiosa de los precursores del servicio social como Luis Vives y Vicente de Paul para atender a las personas en situación de vulnerabilidad, también tiene como antecedentes su intervención en las políticas sociales que asegurarían la paz entre los obreros y sus llamados patrones allá en los años 80, como consecuencia del capitalismo. Los problemas sociales son los que dieron cabida a la profesionalización de lo que ahora llamamos trabajo social (Ander Egg,1994). A pesar de los años los problemas persisten, este marco nos sigue acompañando por lo tanto aún existe la necesidad de contar con los profesionales idóneos para atender estas problemáticas en los diversas áreas o campos de intervención, sea salud, empresa, educación, y otros (Valenzuela).
En el campo educativo la intervención no se limita al mundo de los adultos, sino también tiene al niño, al adolescente, específicamente al estudiante, como sujeto capaz de reflexionar de dar una opinión respecto a lo que acontece en la sociedad o en su escuela. Para el trabajador social éste no es un contexto desconocido como tampoco lo es según Ezequiel Ander Egg (1994) el reconocimiento de la importancia de la triada escuela, familia y comunidad y el énfasis en las relaciones interpersonales de quienes la componen.
Recordemos que el trabajo social antes servicio social tuvo sus primeras intervenciones en el Perú y en este campo durante el Gobierno de Manuel Prado, ello con el fin de atender los problemas socio familiares que en ese entonces afectaban los aprendizajes de los estudiantes, años después por posibles cuestiones de presupuesto se suprimiría su contratación y los casos serian derivados a los centros de salud de la jurisdicción (Sarmiento, 2018).
Si bien se han dado una serie de intentos por revertir o atender esta situación, debemos señalar que la magnitud de los problemas socio familiares que afronta el estudiante requieren ser atendidos en su misma dimensión. La atención de los casos no han de culminar en una derivación sino por el contrario este deberá estar caracterizada por un acompañamiento permanente que involucre a su vez la esfera familiar, esto es el acompañamiento familiar, que según De Martino (2020) el BID lo ha definido como una acción estructurada que busca el bienestar de las personas, para lo que requiere un profesional altamente entrenado.
Así mismo lo que se ha de desarrollar en este campo requiere entre otras acciones la elaboración de un diagnostico social por institución educativa el cual es de suma importancia para el reconocimiento de los factores causales de la problemática encontrada; la identificación y elaboración del mapeo de actores el que nos permitirá conocer cuáles son los recursos con los que contamos y con quienes se va a articular. Recordemos que los aliados se convierten en una oportunidad para las instituciones educativas, mantener lazos de respeto y cordialidad es un elemento importante, como también lo es que las acciones del trabajador social estén contenidas en sus funciones tales como de orientación, identificador de situaciones, proveedor de servicios, planificador y ejecutor de programas y actividades (Valenzuela,s.f.).
Bajo esta premisa, desde la experiencia profesional y el trabajo in situ ¿Realmente el sector está apostando por tener entre sus profesionales al trabajador social? ¿Se están visibilizando en su complejidad los casos de desprotección, violencia, abandono que están viviendo miles de estudiantes y cuyas familias no cuentan con los recursos personales ni económicos para hacer frente a estas situaciones?
Los problemas sociales que enfrentan las infancias en el país, específicamente los estudiantes no deben asumirse superficialmente, éstos requieren una intervención oportuna, con una perspectiva de restitución y respeto de sus derechos. El no atenderlos, el no generar los espacios para que realmente sean escuchados y representados y no actuar en celeridad frente a situaciones que van a mellar su vida, es no validar aquellos derechos respaldados por el Código de Niños y Adolescentes y la Convención sobre los Derechos del Niño, documentos que nuestro país ha respaldado y ratificado, esperemos no solo en teoría.
Cabe mencionar que en el año 2020 se emitió la Resolución Ministerial N.º 2012-2020 que aprueba los Lineamientos de Tutoría y Orientación educativa para la Educación Básica cuyo objetivo es garantizar el servicio de tutoría en las instituciones públicas y privadas, sin embargo llama poderosamente la atención que no estén considerados los trabajadores sociales como agentes de la tutoría más aun cuando sus acciones tienen una estructura mayoritariamente social, con un carácter promocional, preventivo e incluso de acción que en la práctica se traduce en el fomento de buenas prácticas en la escuela, atención de los casos de violencia, identificación y tratamiento de las conductas de riesgo, discriminación o ausentismo escolar para mencionar algunas de ellas y que además requieren de toda una metodología de intervención la cual ha de estar orientada al fortalecimiento de factores protectores, así como la identificación de barreras sociales que impiden el desarrollo de aprendizajes y que además desde la virtualidad ha de tomar otros matices, incluso el Observatorio de la Convención sobre los Derechos del Niño en su recomendación N°81 refiere que el Estado ha de tener en cuenta los riesgos del entorno digital a los que están expuestos los niños, niñas y adolescentes por lo que son necesarias adoptar medidas que los protejan (Naciones Unidas,2021).
En ese sentido, es de interés el reconocimiento de la realidad social, la complejidad de las interacciones sociales y el reconocimiento del ser humano, del estudiante como un sujeto social y político, siendo imprescindible la suma y aporte de las diversas disciplinas.
COMENTARIOS FINALES
Resulta necesario revisar las normativas que se han venido implementando, e incorporar nuevos elementos, la sociedad va cambiando y las acciones para afrontar las nuevas situaciones también. El derecho a la educación es además de cantidad, también calidad, pero una calidad que incluya, asuma y visibilice la complejidad de las dinámicas familiares, sus cambios, y sus diversas expresiones. La comprensión del mismo y la trascendencia de la intervención en el ámbito familiar si bien no solucionan los problemas sociales del país cuyas causas son estructurales, resulta imprescindible, pues la familia sigue siendo el agente socializador más importante, y cuyas interacciones influyen directamente en el desempeño del estudiante. La mochila social que todo estudiante lleva consigo, muchas veces en silencio, con temor o desesperanza requiere no de una dadiva, o caridad como fin, sino del reconocimiento de su derecho a vivir dignamente, de tener un buen trato, de contar con las condiciones que van más allá de las aulas y que le permitan realmente aprender, solo así podríamos decir que realmente se está accediendo al tan ansiado derecho a la educación.
Referencias Bibliográficas
Ander-Egg, E. (1994) Historia del Trabajo Social. Argentina, editorial Lumen.
BID (2013) La Realidad Social. Modulo 3: Los Nuevos retos de la educación. Banco Interamericano de Desarrollo.
Instituto Nacional de Estadística e Informática (2021) Informe Técnico: Estado de la Niñez y Adolescencia. Perú. Disponible en : https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/02-informe-tecnico-ninez-y-adolescencia-ene-feb-mar-2021.pdf
De Martino, M. (2020) Trabajo Social con Familias: Dilemas Teóricos, Metodológicos, Éticos y Tecno-operativos. Uruguay, Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay e Instituto Interamericano del Niño.
Ley General de Educación, Ley N°28044 (29 de julio de 2003). En Normas Legales, N°8437.Diario Oficial El Peruano. Lima: Congreso de la República
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (2020) Módulo I: Desarrollo Infantil Temprano en el marco de la Política Nacional de Desarrollo e Inclusión Social (Curso MOOC) Gestión Pública con énfasis en el Desarrollo Infantil Temprano. Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (2021) Portal estadístico del Programa Nacional Aurora: Caso de Niños, Niñas y Adolescentes. Disponible en: https://portalestadistico.pe/tipos-de-poblacion-2021/
Naciones Unidas (2021) Convención sobre los Derechos del Niño: Observación general num.25 relativa a los derechos de los niños en relación al entorno digital.(2 de marzo de 2021) Disponible en: https://docstore.ohchr.org/SelfServices/FilesHandler.ashx?enc=6QkG1d%2fPPRiCAqhKb7yhsqIkirKQZLK2M58RF%2f5F0vEG%2bcAAx34gC78FwvnmZXGFO6kx0VqQk6dNAzTPSRNx0myCaUSrDC%2f0d3UDPTV4y05%2b9GME0qMZvh9UPKTXcO12
Resolución Viceministerial N º 212-2020. Aprobación de documento normativo: Lineamientos de Tutoría y Orientación educativa para la Educación Básica. 10 de noviembre de 2020.MINEDU
Sarmiento, C. (2018) Contribución del Trabajo Social en el campo de la educación. Revista Institucional del Centro Latinoamericano de Trabajo Social. Volumen 1 ( pp.8-13)
Valenzuela, R. (s.f.) Ezequiel Ander-Egg ¿Qué es Trabajo Social? Instituto de Ciencias Sociales Aplicadas
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2021) Desigualdades Educativas en América Latina: tendencias, políticas y desafíos. Editorial: OXFAM y CLADE
LIC. MARÍA VICTORIA VILLA BUITRÓN Licenciada en Trabajo Social por la Universidad Nacional Federico Villarreal, Magister en Política Social con Mención en Promoción de la Infancia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Con experiencia profesional en niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y desprotección, familias en situación de vulnerabilidad, y trabajo comunitario.
He laborado como: Especialista en Trabajo Social por el Programa Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Especialista Territorial para la implementación del componente Inclusión Lima Aprende de la Dirección Regional de Lima Metropolitana, Especialista para la Protección y Bienestar del Estudiante del Plan de acción para la atención de la Brecha Social en la Dirección Regional de Lima Metropolitana, Educadora de Calle Multidistrital del Programa Nacional Yachay y del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (INABIF), Trabajadora Social del Centro de Salud México, Coordinadora de Campo del Programa Nacional Wawa Wasi (ahora Cuna Mas).
He publicado algunos artículos en materia de infancia y población en situación de vulnerabilidad para la Revista Signos del Instituto Bartolomé de las Casas, Revista de Educación Social de España y Revista Institucional del Centro Latinoamericano de Trabajo Social-Nueva Acción Critica.