Perú
Rosa Olida Meza Moyano
Al 2022 restarán ocho años para el cumplimiento de los Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La implementación mundial de la Agenda 2030 representa el compromiso de la comunidad internacional para la construcción conjunta de un mundo ambientalmente sostenible donde las personas disfruten plenamente sus derechos y nadie sea “dejado atrás” por su condición social, económica o cultural. En la visión de la construcción del compromiso, la verdadera prosperidad se comprende asociada a la protección del planeta en un marco de paz y de alianzas estratégicas globales para implementar la agenda.
La definición sobre Trabajo Social de la Federación Internacional de Trabajo Social IFSW (por sus siglas en inglés), visualiza a los profesionales de todos los continentes comenzando y desarrollando acciones fundadas en ideas y visiones propositivas y transformadoras que promuevan el cambio y el desarrollo social. Así también, el actual Plan Estratégico del Centro Latinoamericano de Trabajo Social CELATS, es una guía de acción institucional y a la vez una convocatoria a la acción para erradicar la desigualdad y la pobreza; para materializar los derechos humanos vulnerados en la Región.
Con seguridad los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 son todos importantes y merecen la atención de los Trabajadores Sociales latinoamericanos, quienes por su formación profesional pueden accionar tanto en los micro espacios locales originando y vinculándose en procesos comunitarios urbanos y rurales o al frente de la gestión de políticas sociales y de gerencia social. Desde la propia experiencia y reflexión en materia de iniciativas de saneamiento en el ámbito rural peruano[1], este artículo pone atención sobre el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento”, objetivo que puede sonar a infraestructura, pero es fundamentalmente un objetivo que requiere para su cumplimiento enfocarse en la gente, y con recursos profesionales promover en un primer momento la reflexión sobre su situación y experiencias, tanto como los sentimientos que estas les originan, y en un segundo momento motivar reflexiones desde la resiliencia sobre los recursos y oportunidades que brindan las iniciativas de saneamiento para el bienestar de las familias rurales.
En el artículo también se destaca la importancia que el saneamiento y la higiene tienen para el bienestar de las mujeres, algunas lecciones aprendidas y lo que resta por hacer y es urgente.
El ODS 6 y las sinergias que favorece el cumplimiento de la Agenda 2030
En el 2020 se cumplieron diez años de la aprobación del Acceso al Agua Potable y al Saneamiento, como un Derecho Humano fundamental a través de la Resolución 64/292 de las Naciones Unidas[2]. La falta de agua potable y saneamiento básico insuficiente en el hogar y la comunidad como amenazas ambientales para la salud humana, se empezó a argumentar ampliamente desde la década de los años 80´. En el año 2000 con la Publicación Científica N° 572 “La Salud y el ambiente en el desarrollo sostenible”[3] la Organización Mundial de la Salud OMS, profundizó en la argumentación en materia de considerar el agua y el saneamiento como determinantes sociales de la salud. Desde otro punto de análisis, la relación entre el acceso al agua y la pobreza[4] ha sido claramente establecida desde hace varios años por organismos especializados (i.e. Poverty-Environment Partnership, 2006, Asian Development Bank, 2004).
Si se considera que de las 169 metas de la Agenda 2030, 59 tienen sinergias con las metas del ODS 6 “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento”, el ODS 6 puede ser considerado como un catalizador del Desarrollo. En este marco, el progreso en la implementación del ODS 6 significa avanzar en la implementación de los restantes 16 ODS (Global Water Partnership, Centro América).
Desde otra mirada, agua y saneamiento son particularmente estratégicos para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible considerados de dimensión social tales como: el ODS 1 Final de Pobreza; el ODS 3 Salud y Desarrollo; el ODS 4 Educación de calidad y el ODS 5 Igualdad de Género.
Y desde la mirada de la salud, la seguridad hídrica y la seguridad alimentaria, la gestión sostenible del recurso hídrico, es indispensable para mejorar los medios de subsistencia.
Una lección aprendida por el Sector[5] es que las iniciativas en materia de saneamiento en el ámbito rural; sean éstas implementadas desde intervenciones públicas o privadas, requieren de la participación informada y consciente de las comunidades rurales, porque las responsabilidades que surgen después de finalizadas las obras son de largo aliento, y están a cargo de la propia comunidad organizada y constituida formalmente en un operador rural con funciones de administración, operación, mantenimiento y reposiciones menores de su sistema de saneamiento; bajo la supervisión de la Municipalidad distrital.
La política sectorial señala que en las comunidades (el Consejo Directivo de las Organizaciones Comunales[6] y las familias usuarias), deben recibir capacitación conducente a desarrollar capacidades y competencias para asumir las tareas propias de gestión de los servicios de saneamiento y del buen uso y cuidado de los mismos. Así los procesos de desarrollo de capacidades se realizan en el marco del ciclo del proyecto de inversión; el cual comprende las actividades preparatorias, de ejecución de obra y de funcionamiento de los sistemas de saneamiento.
Sin intervención socioeducativa, no hay atajos que Garanticen la disponibilidad y la gestión sostenible el saneamiento”; por ello la intervención socioeducativa (brindada según disponibilidad de la comunidad y considerando sus formas de aprendizaje), debe diseñarse e implementarse para catalizar procesos de gestión participativa, valoración social, económica y ambiental de los servicios de saneamiento y fortalecer el capital social y humano con enfoque de género.
Género y gestión de los sistemas de saneamiento en el ámbito rural
La importancia de implicar a hombres y mujeres en la gestión del agua y el saneamiento ha sido reconocida y sustentada en diversos foros tales como la Conferencia de las Naciones Unidas de Mar del Plata en 1977, el Decenio Internacional del Agua Potable y del Saneamiento (1981-1990) y la Conferencia Internacional de Dublín sobre Agua y Medio Ambiente (CIAMA), celebrada en 1992, cuyas conclusiones pasaron a conformar la Declaración de Dublín sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible. Las conclusiones se convirtieron en cuatro principios, uno de los cuales indica “La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión y la protección del agua”.
El tema aparece nuevamente en la Agenda 21 (capítulo 18) y en el Plan de Implementación de Johannesburgo. Así también, la declaración del Decenio Internacional para la Acción «El Agua, Fuente de Vida» 2005-2015, hace un llamamiento a la participación e implicación de la mujer en las iniciativas de desarrollo en materia de agua. Las mujeres han incursionado más en el rol de gestión, no así los hombres en compartir el rol doméstico, lo cual termina recargando el trabajo de las mujeres y alejándolas de las posibilidades de capacitarse en nuevas competencias. En el Perú, la Resolución Ministerial 205-2010-VIVIENDA; la cual indica conformar un Consejo Directivo con cinco personas, también indica que dos de las cuales deben ser obligatoriamente mujeres. En 2014, la Directiva de constitución y organización de Núcleos Ejecutores en saneamiento rural del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, también señaló la obligatoriedad de la participación de las mujeres en la gestión.
¿Tiene género el agua? Fue el sugerente título de una infografía emitida por el Banco Interamericano de Desarrollo BID en 2016, en la que se exhortaba a incorporar en las políticas públicas sectoriales el enfoque de género a través de la capacitación y sensibilización sobre las diferencias en los roles de género o tomando en cuenta la opinión y necesidades específicas de las mujeres durante los procesos de toma de decisión ligados al diseño e implementación. Se argumentó que las acciones dirigidas a las mujeres se consideraban importantes para asegurar la sostenibilidad y combatir las desigualdades. No obstante, se reconoció que para afrontar el problema en la Región, si bien se contaba con considerable información sobre el acceso a los servicios de agua y saneamiento, muy poca estaba desagregada por sexo.
Una lección aprendida en materia de incorporación del enfoque de género en saneamiento rural es la existencia de resistencia pasiva en su implementación, esta resistencia es resultado de factores sociales y culturales y por tanto se necesita dirigirse acciones de educación social a estas áreas.
Las acciones de educación social, no solo involucran la participación de la población de las comunidades, deben incluir en primer lugar al personal técnico y social que actúa a lo largo del ciclo del proyecto. La modificación de la visión sobre las mujeres sólo como beneficiarias o consumidoras del agua y no como gestoras y tomadoras de decisiones, es esencial para la formulación de políticas y programas con enfoque de equidad de género.
El ODS 6 y la importancia de su cumplimiento para el bienestar de las mujeres.
En las comunidades rurales parte de los retos del bienestar de las mujeres es la brecha de servicios de saneamiento. Agua insuficiente y/o de mala calidad afecta la salud de toda la familia, y particularmente de las mujeres quienes tienen las responsabilidades de cuidadoras; así también la recolección de agua, usualmente a cargo de mujeres, niñas y niños, representa pérdida de tiempo y peligros para su seguridad personal. De otro lado, sin un sistema de eliminación sanitaria de excretas; que brinde privacidad a las adolescentes, particularmente en las instituciones educativas, los periodos de ausentismo se acrecientan a lo largo del año escolar, afectando su nivel educativo.
El ODS 6 “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento”, exhorta a los países a reportar periódicamente el estado de la implementación de las siguientes metas:
Metas como la 6.2 y la 6.b, son espacios en los que la profesión de Trabajo Social puede aportar desde sus competencias. El intercambio de experiencias sobre estos temas entre colegas de América Latina es pertinente y urgente de canalizar y sistematizar para compartir con el sector de saneamiento en un ejercicio multidisciplinario.
La Meta 6.2 “Lograr el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a necesidades de mujeres y niñas, y personas en situación vulnerable”, es específicamente sensible a la salud y bienestar de las mujeres rurales y es urgente ponerla en agenda debido a que no solo es relevante para la salud de las mujeres rurales; trae una nueva mirada sobre el abordaje de la higiene de quienes planifican y desarrollan iniciativas de saneamiento desde la esfera gubernamental o no gubernamental.
Actualmente el tema de la higiene es parte de los contenidos de la educación sanitaria; no obstante nunca como ahora se ha evidenciado la importancia de “mapear” el alcance de la problemática asociada al manejo de la higiene menstrual – MHM en las escuelas rurales como se viene planteando internacionalmente[7]. El MHM además de ser un tema de salud y educación que implica la necesidad de acceso a infraestructura de saneamiento; es también un problema ambiental para las ciudades rurales, porque el destino final de los materiales usados se desecha en botaderos o se queman o se tiran a las fuentes superficiales de agua.
La problemática del manejo de la higiene menstrual tiene dos dimensiones que considerar; una es la material, en la cual la infraestructura de saneamiento no puede faltar en las escuelas, así como los implementos para la higiene; la otra dimensión es la inmaterial donde se debe accionar empoderando a las adolescentes, informando y educando y realizando incidencia para que el MHM se ponga en la agenda de las políticas públicas.
La Meta 6.b “Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento”, es también un espacio para la práctica de los Trabajadores Sociales, quienes pueden promover actividades que ayuden en materia del dialogo cultural y de saberes, la participación en la gestión y la resiliencia comunitaria y compartir sus experiencias.
El 2022 en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia se desarrollará la VI Conferencia Latinoamericana y del Caribe en Saneamiento – LATINOSAN 2022. “Saneamiento, Un Llamado a la Acción”; foro donde cada dos años el sector saneamiento de la Región comparte experiencias y propuestas y debate alrededor de temas de políticas sectoriales, líneas estratégicas de acción y temas transversales como por ejemplo Fortalecimiento de capacidades, educación y cultura y el Derecho Humano al Agua y Saneamiento y ODS6
Para las mujeres rurales la introducción de servicios de agua y eliminación sanitaria de excretas en sus comunidades marca un antes y un después. El acceso a servicios de saneamiento permite a las mujeres rurales ejercer en mejores condiciones las responsabilidades de la esfera doméstica (como proveer agua para el hogar); les brinda barreras contra enfermedades transmisibles (por las prácticas de higiene que puede empezar a practicar y el uso del agua tratada para consumo humano); no menos importante es que al disminuir o ser eliminada la práctica del acarreo de agua, las mujeres de todas las edades, tienen más tiempo libre para llevar a cabo otras actividades para ellas como la educación.
En el Perú, durante las etapas de formulación del expediente técnico y de ejecución del proyecto; si el trabajo social con la comunidad es apropiado, las mujeres rurales se empoderan participando en los diagnósticos, capacitaciones, reuniones y la toma de decisiones relativas a la infraestructura y la respectiva gestión de la etapa de funcionamiento.
Las etapas del ciclo del proyecto, se constituyen en espacios para escuchar las necesidades específicas de las mujeres quienes suelen tener varios “sombreros” de responsabilidades al interior de la comunidad; por ejemplo; como mujeres jefas de familia, como representantes de la familia, porque el conyugue está ausente por trabajo, como representantes de las organizaciones funcionales (femeninas y de la asociación de padres de familia de la escuela). Los diversos espacios de interacción socioeducativa con las mujeres no solo permiten escucharlas; también canalizar la información y organizar el trabajo conjunto para concretar (con ellas), todas las metas del ODS 6; entre las cuales está la Meta 6.2 Saneamiento e Higiene importante pasa su bienestar y la reducción de brechas.
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[1]Según la Ley Marco de la Gestión y Prestación de los Servicios de Saneamiento, aprobada con el Decreto Legislativo N° 1280, en el Perú el saneamiento comprende la prestación regular de servicio de agua potable, alcantarillado sanitario, tratamiento de aguas residuales para la disposición final o reuso y disposición sanitaria de excretas en los ámbitos urbano y rural. Decreto Legislativo N° 1280, Titulo I. Articulo 1e
[2] https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/64/292&Lang=S
[3] https://www1.paho.org/hq/dmdocuments/salud-ambiente-desarrollo-sostenible2000.pdf
[4] Baker, Koppen & Shah, 2000 y Guevara Sanginés & Lara Pulido, 2015 citados En: El agua, el ingreso y la pobreza. Aqua-LAC Vol. 10 – N°1 – Mar.2018.
[5] Comprende a todas las instituciones públicas (entes rectores y reguladores), privadas (como las Organizaciones no gubernamentales y fundaciones), y de la cooperación internacional que desarrollan actividades referidas al saneamiento
[6] En el Perú, según información proporcionada por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento se estima en más de 25, 000 las Organizaciones Comunales que gestionan los servicios en el ámbito rural
[7] Manejo de la higiene menstrual significa que mujeres, niñas y adolescentes usan un material limpio para, manejar su higiene durante la menstruación, pueden cambiarlo en privacidad, con la frecuencia necesaria, acceden y usan agua y jabón para el lavado del cuerpo como sea necesario, y tienen acceso a instalaciones seguras y convenientes para deshacerse de la basura de manera discreta y digna. Adicionalmente entienden los hechos básicos relacionados con el ciclo menstrual y cómo manejarlo con dignidad y sin incomodidad, miedo o vergüenza. EMORY AND UNICEF. WinS for FOR Girls Online course 2014.Module 1: MHM and WinS what is Menstraual Hygiene Management?
LIC. ROSA MEZA MOYANO
Licenciada en Trabajo Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Título de Especialista en Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible, Cátedra Unesco UNED, España. Diplomado de Interculturalidad e Identidades, Escuela de Postgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Jefa de Unidad de la Unidad Técnica para la Mejora de la Prestación de Servicios del Programa Nacional de Saneamiento Rural PNSR/MVCS (2017-2018). Coordinadora Social Vice Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento VMCS/MVCS (2014 – 2016). Consultora Especialista Social UGP Programa Nacional de Agua y Saneamiento Rural PRONASAR/MVCS (2004 –2011). Profesional Nacional Atención Primaria Ambiental; Organización Comunitaria, Educación Ambiental, y Pueblos Indígenas. Representación Nacional de la Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS (2000 – 2003). Consultora Especialista en Capacitación, Educación Sanitaria, Género y Lucha contra la Pobreza del Programa Nacional PROAGUA – GIZ (1997 – 1998). Coordinadora de Educación Ambiental Comunitaria del Centro Ambiental Latinoamericano de Estudios Integrados para el Desarrollo Sostenible CALEIDOS (1995 -1997)