FICCIÓN CON RAÍCES REALES: LITERATURA DESDE EL TRABAJO SOCIAL

“Un escritor no escoge sus temas, son los temas quienes lo escogen.” Mario Vargas Llosa

Entrevistado

Carlos Camasca Francia es trabajador social, docente universitario y autor de una extensa obra de cuentos inspirados en la realidad social del Perú. Con más de tres décadas de ejercicio profesional, ha combinado su labor en instituciones públicas y su experiencia en comunidades, cárceles y zonas amazónicas con la creación literaria, construyendo narrativas que visibilizan problemáticas de desigualdad, violencia, migración y corrupción. En esta entrevista comparte su trayectoria, motivación para escribir y su visión de la literatura como herramienta para la transformación social.

  1. Háblenos de usted.

Nací en el verano del año 1958, a 140 kilómetros al sur de la capital del Perú, hijo de padre obrero de la única industria aceitera local y de una madre luchadora, ama de casa, a cargo de la crianza de siete hijos. A mis diez años, la familia migró a la Provincia Constitucional del Callao, donde estudié primaria en la escuela estatal “Enrique Carcheri Gonzales”, en la urbanización Tarapacá, y la secundaria en la GUE “Dos de Mayo”, en la que ocupé el primer puesto y, con ello, ingresé a la EAP de trabajo social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), universidad del Perú, decana de América.

Obtenido el bachillerato y con el título profesional, ingresé a laborar a la Asociación Mutualista del Personal Subalterno de la Guardia Republicana del Perú y, después de cinco años, realicé mi SERUMS en operaciones selva de la Superintendencia de Recursos Humanos de Petróleos del Perú, en la región Loreto. Inmediatamente después, gané concurso para ocupar el puesto de asistente social en el Instituto Nacional de Rehabilitación Dra. “Adriana Rebaza Flores” y, después de un año, ocupé —previo concurso de méritos— el cargo de director de bienestar social en el Ministerio de Salud. Veinte años después de mi primer empleo formal, ingresé a la docencia en la Escuela Académica Profesional de Trabajo Social de la UNMSM.

2. ¿Desde cuándo y por qué escribe?

Desde el año 1991 escribo cuentos sociales porque considero que existe la necesidad de promocionar la carrera de los trabajadores sociales. Con mis historias sociales llego a un público más amplio y diverso, y no únicamente a los trabajadores sociales. Además, hay espacios geográficos de difícil  acceso para los profesionales de la disciplina, y existe la necesidad de denunciar abusos de género, explotación, marginación, etc., que la prensa nacional corporativa difícilmente difundiría. Y, en definitiva, porque considero que los trabajadores sociales podemos desarrollar emprendimientos académicos y culturales con solvencia intelectual.

3. ¿Qué temas son recurrentes en su trabajo literario? ¿Qué te mueve a transformar experiencias humanas en ficción?

Todos los temas recurrentes son marcadamente sociales e inspirados en la realidad. Por ejemplo, la problemática social de las mujeres colonas y nativas Achuar, Urarinas, Huambisas, Shapras, Muratos, Awajún, apostadas en los límites de la explotación petrolera en la selva; la problemática sociofamiliar de los infantes y niños en el Perú; la corrupción y la mediocridad de los trabajadores en la administración pública; la situación de desventaja de las mujeres en el país; la migración interna, entre otros. Todas las historias surgen de la realidad social, y la idea es metamorfosear esa realidad, darle una lectura agradable, dentro de una trama social y literaria, con la finalidad de entretener, denunciar y, principalmente, informar al gran público de que existen otros mundos, realidades y problemáticas.

4. ¿Cómo logra conjugar ambas pasiones

El trabajo social me permite acceder a espacios que, por iniciativa propia o individual, son de difícil acceso. Por ejemplo, incursionar en una cárcel y conocer de primera fuente la realidad carcelaria; la vida de los nativos y colonos en la selva peruana; las relaciones laborales de los petroleros en condiciones de aislamiento; las vicisitudes de los trabajadores de la administración pública; la problemática de los policías del Perú en los precisos momentos de la guerra interna y cómo fueron afectadas sus vidas personales y familiares.

Por un lado, está esta vivencia profesional y, por otro, la necesidad de dar a conocer dichas realidades al gran público. De este modo, una (el trabajo social) alimenta a la otra (la producción literaria), creándose un producto novedoso, sui géneris, y que, con la práctica de la redacción, cada vez logra un resultado de mejor calidad.

5. ¿Has abordado temas como la desigualdad, la violencia, la infancia o la migración en su literatura? ¿Qué aspectos de la realidad social del Perú atraviesan tu obra, incluso cuando no son explícitos?

En efecto, se abordan la desigualdad social, la violencia y la infancia. Además, la historia del Perú, el potencial de la mujer peruana, los becarios y su problemática, la migración interna asociada a la pobreza y marginación, el olvido social por parte de las autoridades encargadas de velar por sus problemas, así como la explotación y saqueo de nuestras riquezas naturales, entre ellas el petróleo. También, la problemática social de los infantes y los mitos peruanos. Pero, principalmente, hablo de la corrupción en la administración pública: de cómo una persona incursiona como funcionaria falseando su currículum vitae, de cómo se improvisa a funcionarios y de la errónea creencia de que se está haciendo un favor al público, entre otras reflexiones.

6. ¿Considera entonces, que la ficción puede ser una herramienta para visibilizar problemáticas sociales?

Desde luego que sí. A través de la ficción se puede reflexionar sobre los grandes problemas que atraviesa la población peruana, entre ellos la pobreza y la desigualdad social, permitiendo brindarles —al gran público— en forma didáctica y literaria (dentro de una trama) asuntos que, tratados o expuestos científicamente desde cualquier campo del saber, resultan difíciles de asimilar. Sin embargo, si hablamos de la corrupción en torno a la vida ficticia de un personaje, entonces se vuelve fácil de comprender.

7. ¿Algún personaje de tus cuentos ha sido inspirado directamente por una experiencia profesional o una historia real que te haya marcado?

Todas mis historias surgen de la realidad social y de mi entorno inmediato principalmente, por ello su acogida, donde mis compañeros y familiares se ven retratados en una ficción. Y en todas ellas se llevan una parte de mí. Eso es indesligable, en mi caso. Metodológicamente mis historias surgen de la realidad social principalmente y regresan a la realidad como ficción literaria.

8. ¿Qué beneficios personales y profesionales te ha dado escribir?

El principal beneficio es el estatus, el que te consideren escritor, aunque me he hecho a pulso y de a poco, con mucho sacrificio, apoyo y comprensión de mi pequeña familia. Considerar una actividad para la cual nunca fui formado teórica ni técnicamente requería ser aventurero y, hasta cierto punto, valiente, porque implicaba arriesgar todo a cambio de nada, hasta lograr un espacio y reconocimiento.

En mis primeras incursiones literarias escribía por el mero placer de hacerlo y con la intención de demostrar que el “éxito” consistía, al menos, en recuperar la inversión, pues no contaba con auspicio alguno. A la fecha, he publicado dieciocho historias sociales y, aunque parezca increíble, recién estoy ingresando a la universidad con mis obras. Como diría un prologuista, aún tengo un auditorio reducido, pero las recomendaciones y el aliento de mis colegas me motivan a perseverar en esta exigente y apasionante labor creativa.

9. ¿Consideras que la escritura debería ser fomentada como parte de la formación profesional en trabajo social?

La escritura debería fomentarse y tener carácter obligatorio en la formación profesional de los trabajadores sociales, pues contribuye a mejorar y enriquecer el léxico de los futuros profesionales, así como a incursionar en realidades sociales que, en la práctica, son de difícil acceso. Una vez adquirida la capacidad de escribir con soltura, se pueden contar historias y dar a conocer esas realidades al gran público —hombres y mujeres, jóvenes y adultos, casados y solteros, obreros, empleados, funcionarios, personas desempleadas o amas de casa— y, principalmente, promocionar, de manera directa o entre líneas, la profesión del trabajo social.

10. ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto literario?

Estoy en la etapa previa, de lo que en el futuro será la historia de una médico peruana. Con mi historia social “La hora de Sofía” rendí un homenaje a las enfermeras peruanas principalmente y ahora espero hacer lo propio con los médicos. Casi en todas mis historias intervienen directa o indirectamente los y las trabajadores sociales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dos × 4 =