Latinoamérica
Mujeres latinoamericanas que han hecho historia[1]
Desde 1975, el 8 de marzo es conocido como el Día Internacional de la Mujer, una fecha en la que reconocer el papel de la mujer para el desarrollo social, económico, político y cultural de cualquier sociedad, celebrar los logros alcanzados y concienciar de que ningún país ha alcanzado la igualdad de género.
América Latina fue noticia en los últimos meses por las numerosas manifestaciones feministas contra la violencia machista a través del himno “El violador eres tú”, una canción que nació en Chile y que se ha extendido por todo el mundo. Además del grave problema de la violencia de género -se calcula que en Latinoamérica y el Caribe se encuentran 14 de los 25 países con las tasas más altas de feminicidios-, la mujer se enfrenta a la desigualdad salarial y a la discriminación laboral. Según indica la ONU, en esta región por cada 100 hombres, hay 124 mujeres viviendo en la extrema pobreza.
La desigualdad de género es uno de los mayores problemas en la actualidad. Para resolverlo, uno de los primeros pasos es reconocer el valor de la mujer como un agente activo en las sociedades pasadas, presentes y futuras. A través de los nombres de indígenas, conquistadoras, escritoras, políticas y mujeres anónimas queremos comprender la Historia de América Latina, una historia que no está completa sin ellas.
El descubrimiento de América
El 12 de octubre de 1492 América fue descubierta por el Viejo Mundo y, desde entonces, este continente se vio completamente afectado por la llegada de miles de europeos. Colón, Hernán Cortés, Pizarro… son los protagonistas de la conquista de América, sin embargo, en los barcos con los que zarparon también viajaban mujeres. Los historiadores Hugh Thomas y J. Mª González Ochoa nos hablan de europeas que participaron en las acciones por el Nuevo Mundo como Isabel Rodríguez, quien participó en la conquista de México (1519-1521), o Mencía Calderón e Isabel Barreto, líderes de expediciones por la selva o el Pacífico durante el siglo


A partir de las Crónicas de Indias, los historiadores buscan comprender cómo era la vida de las sociedades indígenas antes de la colonización. La investigadora Alicia Alvarado Escudero se ha dedicado a estudiar algunas zonas de América del Sur en época precolombina y explica que, desde la perspectiva medieval europea, los castellanos apreciaron que las mujeres “gozaban de distinción social, de capacidad de acción, decisión y ejecución de un mandato varonil impropio de su género”.
Durante la colonización, una de las prácticas más habituales fue la de los matrimonios mestizos. Entre estos destaca el de Martín García de Loyola, uno de los primeros gobernadores de Chile, y Beatriz Clara Coya, princesa indígena del imperio incaica. Esta unión tuvo una gran repercusión para la política virreinal de España así como fue posteriormente representada en la literatura y la pintura coloniales.
El proceso colonial se completó con la transmisión del orden social europeo a América. Este se caracterizaba por la inferioridad de la mujer cuyas únicas formas de vida aceptadas eran el matrimonio o el estado religioso. No obstante, hubo mujeres que se impusieron a estas normas y destacaron en el ámbito cultural, económico y político. Este es el caso de Sor Juana Inés de la Cruz, reconocida como una de las autoras más importes del Barroco y por sus escritos en defensa de la intelectualidad de la mujer. Entre sus versos más conocidos encontramos los siguientes:
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
.
El camino hacia la independencia
La Historia de América Latina entre los siglos XVIII y XX está marcada por los episodios de la Independencia Hispanoamericana. Mujeres de todos los niveles sociales saltaron al espacio público para luchar en los movimientos emancipadores de distintas formas y en diferentes lugares.


En Perú, una de las emancipadoras más relevantes es Micaela Bastidas (1745 – 1781), estratega de la rebelión de Túpac Amaru, que junto a su marido se opuso contra las explotaciones a los indígenas. El ahorcamiento de los participantes en este suceso desató una de las fases de la guerra de la independencia de este país. En Argentina y Bolivia, destaca el nombre de Juana Azurduy quien recientemente fue reconocida como general de los ejércitos emancipadores de estos países.
Las luchas independentistas también fueron protagonizadas por mujeres sin nombre como ocurrió en la batalla de Cochabamba, ocurrida el 27 de mayo de 1812 en esta localidad bolivariana. Actualmente, en esa fecha se celebra el Día de la Madre como un reconocimiento a las ciento de mujeres que mostraron su valentía en este conflicto.
La primera lucha feminista: el movimiento sufragista
Establecidas las primeras democracias, la mujer tuvo que reivindicarse por un derecho fundamental: el voto. Asociaciones de mujeres en todo el mundo comenzaron a llevar a cabo acciones políticas y sociales conocidas con el nombre de movimiento sufragista. En América Latina, una de las agrupaciones más conocidas es la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas fundada en 1920 por la mexicana Elena Arizmendi Mejía. En su país, no se aceptó el voto de las mujeres hasta 1947, un paso que no hubiera sido posible sin mujeres como ella.


https://www.casamerica.es/es/actualidad/mujeres-latinoamericanas-que-han-hecho-historia
El sufragio femenino en cada país de América Latina.
El primer país latinoamericano en aceptar el voto femenino fue Ecuador en el año 1929. En este avance tuvo un papel protagonista Matilde Hidalgo de Procel, mujer que luchó durante toda su vida contra los límites impuestos a su género y exigió votar en las elecciones presidenciales. Su petición fue llevada hasta el Consejo de Estado que lo aceptó por unanimidad.
Durante las siguientes décadas fue legalizándose el voto femenino en el resto de países así como las mujeres comenzaron a aspirar a carreras políticas. Hasta el momento han sido en total nueve mujeres latinoamericanas presidentas de las cuales seis fueron elegidas democráticamente: Violeta Chamorro (Nicaragua), Mireya Elisa Moscoso Rodríguez (Panamá), Dilma Rouseff (Brasil), Cristina Fernández (Argentina), Michelle Bachelet (Chile) y Laura Chinchilla (Costa Rica).
Todos estos datos sobre las mujeres que hicieron historia en América Latina son un motivo para celebrar cada 8 de marzo el Día internacional de la Mujer. Una fecha que recuerda a todas las mujeres que, a pesar de vivir en sociedades que limitaban su vida por su género, decidieron luchar por un mundo más igualitario.
.
8 de marzo | el debate sobre el rol que deben jugar los hombres en el movimiento feminista[2]
Inma Gil y Fernanda Paúl. BBC News Mundo
8 marzo 2020


Piensa en cientos de mujeres bailando y cantando juntas en una marcha feminista. Ahora imagina que, en medio de ellas, hay un hombre. ¿Qué sería lo primero que te vendría a la cabeza?
El movimiento feminista en América Latina y el mundo ha cobrado fuerza en los últimos años. Y. en consecuencia, el debate sobre la participación masculina en el mismo se hace cada vez más ineludible.
Este 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, por ejemplo, se espera una participación histórica en las diversas manifestaciones que han sido convocadas para levantar las banderas de la igualdad social y de género.
Sabemos que miles de mujeres asistirán. Pero ¿lo harán también los hombres? Y, si fuera así, ¿qué tan bienvenidos serán en estos entornos dominados por mujeres?
Son interrogantes que tienen más de una respuesta pues las posturas sobre el papel que deben jugar los hombres en el movimiento feminista son variadas
Y el debate es amplio. ¿Puede un hombre considerarse feminista? ¿Hay espacio para ellos en esta discusión? ¿Es la lucha feminista un asunto solo de mujeres?
BBC Mundo habló con activistas y con quienes se dedican a la academia para intentar responder a las preguntas.


¿Qué tipo de rol deben asumir los hombres?
Tras el estallido social ocurrido en Chile en octubre del año pasado, las mujeres ocuparon un espacio protagónico en las multitudinarias protestas. Y con la irrupción del himno feminista “Un violador en tu camino” —que luego se convirtió en un fenómeno mundial—, se intensificó aún más la necesidad de revisar las demandas feministas en este país sudamericano.
En medio de esta efervescencia, hay quienes no estuvieron de acuerdo con que los hombres participaran de las marchas. Incluso se organizaron instancias “separatistas” donde ellos no pudieron entrar. Otras personas, en cambio, celebraron la convocatoria masculina asegurando que la lucha feminista no se puede llevar a cabo sin su apoyo.


¿Hay espacio para los hombres en el movimiento feminista o es un asunto solo de mujeres?
Alondra Carrillo, vocera de la Coordinadora 8M en Chile, le explica a BBC Mundo estos distintos puntos de vista.
“Hay sectores que entienden que el feminismo es de mujeres y para mujeres, y hay otros que concebimos que el feminismo es una potencia de transformación que nos atraviesa a todos”, dice.
Pero si esa transformación necesita del respaldo de todos ¿cuál es el rol específico que deben jugar los hombres?
Para Carrillo no hay duda: este no debe ser, bajo ninguna circunstancia, un rol “protagónico”. “Precisamente porque son los protagonistas del problema, no pueden ser los protagonistas de la solución”, dice.
De esa manera, afirma que la primera postura que deben adoptar los hombres es de “escuchar” sus demandas.


“Un varón que quiere mostrar su adhesión a las aspiraciones del feminismo debe tener una posición de escucha sobre qué es lo que las mujeres estamos planteando”, señala.
“Los hombres no deben ser un estorbo, es decir, no deben poner por delante sus propias inquietudes, sus propias preguntas, sino que contribuir a un movimiento que los excede, que va más allá de sí mismos”, agrega.
Para Carrillo es “comprensible” que haya mujeres que no están dispuestas a ver un hombre en una marcha, y no es un “radicalismo ideológico” sino el “efecto que tiene la violencia”.
“(Los hombres) no deben indignarse ante el hecho de ser interpelados por las compañeras, no deben poner por delante su propia subjetividad o malestar, sino escuchar, entender, empatizar y reconocer por qué puede ser posible que hoy tengamos que estar discutiendo esto, porque llegamos al punto en que no queremos ni siquiera verles las caras muchas veces”, dice.
Una opinión similar comparte la reconocida feminista mexicana Marta Lamas.
“Tienen que ser compañeros discretos, no ir delante de la marcha sino en un segundo lugar. Obviamente se agradece y se acepta que haya hombres pero que sepan que su lugar no es protagónico”, dice.


Por su parte, la escritora y feminista española conocida por su pseudónimo Barbijaputa,indica que el “protagonismo en el feminismo lo tienen las mujeres al igual que el protagonismo en la lucha antirracista lo tienen las personas racializadas”.
“Que ellos se tienen que involucrar porque esta sociedad también es de ellos, por supuesto.
Me parece que moralmente están obligados. Pero ¿protagonistas? No”, dice en conversación con BBC Mundo.
Y agrega: “Los hombres sobre todo deberían callarse. Me parece que somos nosotras las que tenemos que decir cuál es el papel de los hombres en nuestra lucha, ellos tienen que escucharnos, no tienen que estar opinando todo el rato”.
“Romper con la complicidad machista”
Algunas les llaman “aliados”, otras “militantes”, pero lo cierto es que no hay consenso sobre el nombre que deben recibir los hombres que apoyan la causa feminista.
En lo que sí parece haber acuerdo es en que los hombres pueden aportar en su vida cotidiana al feminismo sin la necesidad de acudir a las marchas, simplemente cambiando actitudes que afectan de manera negativa al género en el día a día.


“El patriarcado se sostiene en la complicidad masculina, en la complicidad que permite que haya un acuerdo tácito entre pares que valida, por la vía del silencio muchas veces, la violencia y las formas de opresión patriarcal”, explica Carrillo.
En consecuencia, la feminista chilena asegura que “la primera tarea de los varones es romper con la complicidad machista” y cuestionarse en qué medida están reproduciendo las “violencias” que el feminismo intenta desmontar.
“Es más fácil para un hombre preguntarse si puede estar en la marcha del 8 de marzo que decirle a su mejor amigo que pague la pensión alimenticia o que deje de perseguir a su expareja”, indica.
Así, Carrillo dice que “el reconocimiento de la violencia es el punto de partida para poder establecer cualquier tipo de vinculación positiva, productiva, cualquier tipo de trabajo conjunto”.


Barbijaputa, en tanto, sostiene que los hombres deben ser “aliados”del movimiento feminista y que, para eso, es necesario que revisen su rol histórico en la sociedad.
“Deben revisarse todos los aprendizajes machistas que han ido acumulando a lo largo de su vida. Y deconstruir la masculinidad. No existe algo llamado ‘masculinidad buena'”, dice.
Con todo, Marta Lamas afirma que es necesario distinguir entre los distintos grupos de hombres pues los que pertenecen a generaciones más jóvenes son, según ella, más conscientes de los derechos de las mujeres.
“Es difícil hablar de los hombres como un grupo homogéneo porque hay diferencias fuertes. Hay un cambio generacional muy fuerte. Los hombres de mi generación, y de 60 y tantos años, difícilmente van a tomar otra actitud.Los chicos más jóvenes, en cambio, están siendo muchísimo más igualitarios”, afirma.
Pero ¿qué dicen los hombres?
La discusión sobre el rol que deben jugar los hombres en el movimiento feminista ha sido ampliamente abordado por líderes mujeres. Pero ¿qué piensan los hombres al respecto?
El académico y escritor español Octavio Salazar ha analizado este tema en detalle en algunos de sus textos, como en “El Hombre que no deberíamos ser”. Y, para él, la gran revolución pendiente del siglo XXI es justamente la de los hombres.


¿Deben ser los hombres protagonistas del movimiento feminista?
“Los hombres tenemos que convertirnos en agentes transformadores. Tenemos que empezar primero por revisar nuestra masculinidad pero al mismo tiempo liderar una serie de transformaciones políticas que tienen que ver con la sociedad. Empezar a repartir de otra manera los espacios, los tiempos, las responsabilidades y el poder”, dice.
Salazar asegura que, más que participar en marchas, los hombres deben cambiar su actitud cotidiana y hacérselo notar a sus pares.
“Tenemos que empezar a poner en evidencia a esos hombres que nos rodean que se comportan de manera machista.Nosotros debemos ser los primeros en decir: no, esto es intolerable”, afirma.
Pero más allá del comportamiento diario ¿deben considerarse y llamarse a sí mismo “feministas” los hombres que abrazan la causa de las mujeres?
Esta es otra de las controversias que existen en torno al tema.
Para Marta Lamas, la proliferación de hombres que dicen ser feministas responde casi a una “moda”. “Han surgido muchos hombres feministas que antes no se identificaban así. Creo que tiene que ver con una moda, con una cosa de ser políticamente correctos más que ser verdaderamente feministas”, valora.


¿Deben considerarse y llamarse a sí mismo “feministas” los hombres que abrazan la causa de las mujeres?
Salazar, por su parte asegura que, más que considerarse él un feminista, prefiere decir que es un hombre “en proceso” de serlo.
“Tengo tanto que deconstruir y desaprender que lógicamente no he terminado con el machista que llevo dentro”, admite.
“El feminismo nos dará las claves para reconciliarnos con lo emocional, con esa parte de la vida que los hombres siempre hemos despreciado porque entendíamos que era de mujeres y que estaba devaluada. Y esa es la gran revolución”, dice.
Por su parte, Francisco Simón, miembro del colectivo argentino “varones antipatriarcales”, cree que los hombres no deben quedarse solo con un rol “pasivo” y de “escucha”.


Cada 8 de marzo las marchas feministas se apoderan de las calles de muchas ciudades del mundo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
“Tenemos que encontrar un rol activo respecto de una militancia desde y para los varones, ocupando el espacio íntimo y no el espacio público protagónico. E interpelando la relación de los varones con los varones”, dice.
Para el activista, es importante que haya un involucramiento de los hombres que permita avanzar en”romper la complicidad de manada que ocurre entre varones”.
“Tenemos que pensar cierta estrategia con aquellos varones que son capaces de empatizar con la herida que el patriarcado produce en otras identidades para disputar esos cuerpos masculinizados que son los que ostentan privilegios y el patriarcado“, agrega.
En cualquier caso, con un movimiento feminista que ha ido fortaleciéndose año a año, parece haber llegado la hora en que los hombres deberán realmente cuestionarse cuál es su postura al respecto.
Quizás es verdad que, tal como dice Salazar, la gran revolución pendiente del siglo XXI está más en las manos de ellos que en las de ellas.
.
[1] Tomado de la web de la Casa de las Américas, en marzo de 2021.
https://www.casamerica.es/es/actualidad/mujeres-latinoamericanas-que-han-hecho-historia
[2] Tomado de la web de la BBC Noticias, en marzo de 2021. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51729512