Bases para el desarrollo de un modelo dialógico auto-eco-organizacional de política local para la garantía y goce efectivo de derechos de niños, niñas y adolescentes

Pensamiento Crítico – Colombia

“Se necesita una aldea para criar a un niño” Proverbio popular africano

Autora

Amanda Gómez Polo, Licenciada en Trabajo Social, doctora en Pensamiento Complejo y magíster en Gobierno y Políticas Públicas, con 29 años de experiencia en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Actualmente se desempeña como profesional especializado en la unidad para las víctimas, en la Dirección de Gestión Social y Humanitaria.

Correo: Amandagomezpolo2011@gmail.com

Palabras clave: Derechos, corresponsabilidad, dialógico, auto organización, complejidad

Resumen

El artículo propone un modelo dialógico auto-eco-organizacional de política local para garantizar el goce efectivo de los derechos de niños, niñas y adolescentes en Colombia. Basado en los principios del pensamiento complejo—dialógica, auto-eco-organización y autonomía—el modelo busca articular a familias, comunidades, gobiernos locales e instituciones mediante redes solidarias y participativas que respondan a las realidades territoriales. La propuesta surge ante las vulneraciones de derechos de las infancias, agravadas por la desigualdad, el conflicto armado y la fragmentación institucional; dado que, a pesar de la existencia de políticas y leyes nacionales, estas no aseguran resultados efectivos por la falta recursos y de coordinación. El modelo prioriza la participación de niños y niñas como protagonistas de las políticas, el empoderamiento de familias y comunidades como pilares protectores, y la coordinación efectiva entre instituciones en un marco cooperativo y horizontal. Se busca transformar las políticas públicas fortaleciendo la gobernanza local para garantizar los derechos de la infancia en entornos sostenibles y adaptativos

1. Introducción

La actual situación de los niños, niñas y adolescentes de Colombia requiere respuestas de políticas locales integrales y novedosas, sustentadas sobre la base de sus propias realidades complejas y diversas. Según el Defensor del Pueblo, “La situación de derechos de la niñez del país es preocupante. A pesar de existir un componente legal y jurisprudencial garantista, y contar con algunas políticas públicas, las violencias en sus diferentes formas y vulneraciones a derechos fundamentales son una constante diaria” (Semana, 2024). Lo anterior, es el reflejo de la situación social, económica y política del país, con cifras alarmantes de violencia física, sexual, económica, reclutamiento, desnutrición, abandono escolar, consumo de sustancias psicoactivas, entre otras problemáticas, que plantean grandes brechas e inequidades en la vida de niños, niñas y adolescentes, recrudecidas por el conflicto armado, del cual son sus principales víctimas.

Con la firma de acuerdos entre países en la Convención de los Derechos del Niño CDN en el año de 1989, ratificada por Colombia en la nueva Constitución Política y la Ley 12 de 1991, se marca quizás el hito más importante para la garantía de derechos de los niños, niñas y adolescentes del país. Posteriormente, se expide el decreto presidencial 1137 en el año de 1999, y con ello se crean los consejos de política social en los departamentos y municipios, institucionalizando a su vez las mesas de infancia y adolescencia, como el primer y más importante escenario local para la formulación de acciones conjuntas para la infancia en los territorios.

Con la expedición de la Ley 1098 en el año 2006, Código de la Infancia y la Adolescencia; se incorporan los principios de la protección integral, la prevalencia de derechos, consagrada en el artículo 9 como el mecanismo de garantía de la efectividad de los derechos de los niños. Así mismo, se incorpora en el artículo 8 el interés superior del niño, principio que según Tobón (2013),

Debe imperar en toda acción y omisión de las personas, el Estado o la sociedad, en la que los infantes sean concernidos; en tanto que la prevalencia despliega su acción solo cuando existe choque de derechos en el que de un lado se encuentren en juego los derechos de un niño o niña. (p. 370)

Así mismo, se establecen responsabilidades a las administraciones y actores locales, en la formulación, implementación y evaluación de políticas públicas para la infancia y adolescencia a nivel territorial. No obstante, “se advierte históricamente un divorcio entre la lógica de los derechos y la lógica de las políticas públicas, las cuales tienden a ser diseñadas e implementadas al margen de las obligaciones en materia de derechos.” (Durán, 2017, p. 32). Posterior a la firma de la CDN se observa como lo señala Durán, “un nuevo discurso de expertos, ligado a instituciones estatales, agencias de cooperación y organizaciones no gubernamentales del orden nacional e internacional, instaurando una lectura de cómo deben ser las políticas públicas dirigidas a niños, niñas y adolescentes”. (p. 32)

Es en este marco institucional y político que se han desarrollado las políticas de infancia en el país, básicamente con el acompañamiento del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la tutela del Sistema Nacional de Bienestar Familiar. Sin embargo, pese al esfuerzo de los gobiernos locales, se observan situaciones y circunstancias que impiden no solamente la garantía de los derechos sino su goce efectivo por parte de niños, niñas y adolescentes, ya que la existencia de la ley y las políticas nacionales y locales, por sí solas, no aseguran de que se cumplan de manera efectiva. Por lo que se requiere el acompañamiento para orientar la formulación, implementación y ejecución de las políticas en territorio, dada la fragmentación de instancias, diversidad de políticas diseñadas para atender problemáticas particulares no integrales, ejercicios de planeación verticales y baja destinación de presupuestos.

Sumado a lo anterior, en un escenario de corresponsabilidad, las familias convergen fragilizadas por las condiciones sociales, políticas y económicas, en un escenario de desigualdad cuando se trata de garantizar derechos, lo cual demanda de los gobiernos las atenciones requeridas, de la mano de una sociedad con carencias organizativas en lo local y baja preocupación y conciencia de sus obligaciones señaladas por la ley.

En este contexto, la propuesta expuesta en esta investigación, desde el pensamiento complejo y la transdisciplinariedad, presenta un modelo de política local basado en el diálogo horizontal entre la familia, la sociedad, el Estado, fundamentado en los principios del pensamiento complejo: dialógico, auto-eco-organizacional y autonomía; a fin de que pueda ser un referente en la planeación y gestión para la garantía y el goce efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, especialmente en aquellos municipios catalogados como categoría 5 y 6, como lo establece la Medición del Desempeño Municipal MDM en Colombia, conforme a parámetros económicos, poblacionales y de recursos e ingresos tributarios y no tributarios. Es decir, que las categorías 5 y 6 hacen referencia a los municipios de menores capacidades según las variables mencionadas y establecidas por el Departamento Nacional de Planeación.

Con este estudio, a partir de la pregunta de investigación: ¿Qué elementos debería considerar la construcción de un modelo de política local que pueda garantizar el goce efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes?; se aportan las bases de un modelo de política pública que pueda adaptarse a las realidades locales, especialmente de aquellos municipios en donde se hace más difícil la organización local en torno a los derechos y goce efectivo de los niños, niñas y adolescentes, por la argumentación de carencia de recursos, la centralización y la escasa arquitectura institucional; proponiendo de esta manera, la necesidad de visualizar las problemáticas relacionadas con las soluciones intentadas y que sirven para proponer una nueva forma dialógica, sinérgica, de operacionalizar de manera organizada, integral y sostenible, la acción conjunta de los actores sociales e institucionales.

Se propuso como objetivo general el siguiente: Elaborar una propuesta de un modelo de política local basado en el diálogo horizontal entre la familia, la sociedad, el Estado, y que esté fundamentado en los principios dialógico, auto-eco-organizacional y autonomía del pensamiento complejo, a fin de que pueda ser un referente en la planeación y gestión para la garantía y el goce efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Así mismo, se propusieron los siguientes objetivos específicos que se desarrollaron en el transcurso de la tesis:

  • Describir el escenario dialógico relacional entre la familia, la sociedad y el Estado en la garantía de derechos de la infancia a nivel local, que permita su goce efectivo en un entorno ecosistémico.
  • Exponer un debate acerca de la autonomía y el poder de decisión local para dar respuesta conjunta, a la garantía de derechos de niños, niñas y adolescentes.
  • Analizar la capacidad de autoorganización de los actores locales (agentes del estado, agentes de ONGs, representantes de las comunidades, niños, niñas, adolescentes, familias), involucrados en la garantía de derechos de niños, niñas y adolescentes a nivel local.
  • Proponer un modelo sinérgico horizontal e intersistémico de política local para la garantía de derechos de los niños, niñas y adolescentes.

El estudio se asume desde una postura y actitud transdisciplinar, que conjuga procedimientos metodológicos desde un enfoque cualitativo, con una estrategia creativa, que integra datos, saberes y subjetividades, en un dispositivo metodológico dialógico, basado en la sistematización y recuperación de las prácticas de formulación de políticas públicas en cuatro municipios tomados como referencia, la revisión documental, el diseño de los sistemas observados, y sistematización paralela, lo cual conlleva la modelización de los resultados, que son el producto más importante ofrecido a la comunidad científica. En este sentido, se ofrece un modelo organizacional y autónomo de gestión local desde la integralidad, auto-eco-organizadora, en redes de cooperación de actores, agentes, instituciones y organizaciones, a manera de un nicho de arropamiento, que dé sostenibilidad a las iniciativas y respuestas locales con relación a la garantía y goce efectivo de derechos de niños, niñas y adolescentes.

De allí que, la importancia del estudio se relaciona con los aportes que hace a los gobiernos locales y al gobierno nacional, justamente en estos momentos en que se debaten asuntos relacionados con la descentralización política y autonomía local; lo cual refiere al fortalecimiento de elementos de gobernanza local de los municipios, a través de una propuesta de modelo operacional conjunto, sincrónico y sinérgico, que implica el involucramiento de actores, agentes y organizaciones sociales en la garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes. Así mismo, se aporta una propuesta de un modelo de política fundado sobre los principios del pensamiento complejo (dialógico, auto-eco-organizacional y autonomía), que conduzca de manera dinámica a los municipios a lograr sus propias experiencias de autoorganización, autonomía y entramado de respuestas fundamentadas, dialógicas, integrales e integradas.

Se introduce un marco teórico en el que converge el pensamiento sistémico complejo y la doctrina de la protección integral del niño, referida al conjunto de instrumentos jurídicos de carácter internacional, que modifican cualitativamente los conceptos de niño e infancia en el marco del desarrollo político del Estado y que se obligan a adoptar las medidas administrativas, sociales y educativas de orden legislativo, apropiadas para reconocer a los niños y niñas de su territorio como sujetos de derecho, en corresponsabilidad con la familia y la sociedad. Lo anterior, en el marco de los instrumentos de la acción pública de planificación y gobierno, referidos a un territorio específico, bajo la concepción del territorio reticular de Mönnet (2013) y conectado con el modelo bioecológico del desarrollo humano de Bronfenbrenner (1987); la perspectiva de los actores desde al análisis estratégico de Croizier (1977) y la concepción de política pública de Velásquez (2018), situada en un ambiente o contexto determinado del cual se nutre (emociones, instituciones, ideologías, narrativas, hábitos) y al cual pretende modificar o mantener, conectándose con el referencial de política enunciado por Müller (2006).

El artículo se centra en el séptimo y último capítulo de la tesis, respondiendo al cuarto objetivo propuesto para el estudio, en el cual se expone el modelo dialógico auto-eco-organizacional de política local para la garantía y goce efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Planteado sobre tres grandes componentes, el primero, relacionado con el proceso dialógico transformador que se origina en el ciclo de la política, sobre la base de la praxis social, participativa y los mecanismos de autoorganización que se generan. El segundo componente hace referencia a la generación de redes autoorganizadas y vinculares de apoyo, que conforman una organización democrática operativa a manera de tejido soporte, sobre la base de elementos fundamentales como solidaridad, reciprocidad, cooperación y concertación. El tercer componente denominado Gestión integrada auto-ecosostenible, se propone sobre la base de sistemas de cooperación inter-organizacional, los cuales surgen de relaciones recíprocas entre personas y organizaciones.

2. Análisis crítico

2.1 Modelo dialógico auto-eco-organizacional de política local

En el planteamiento inicial del problema se observa un escenario complejo para la garantía y goce efectivo de derechos de las infancias, en donde independiente a su condición socio económica, ingresan al escenario relacional, familias fragmentadas y vulnerables, lo cual inhibe las posibilidades de asumir su rol funcional. Por otro lado, las relaciones comunitarias con su propia fragmentación y escasa participación, poco se vinculan para el caso de los municipios observados que, con sus ejercicios de formulación de políticas, sirvieron como insumo a este estudio. Así mismo, las instituciones del Estado con presencia local se observan de igual manera fragmentadas, disgregadas, vinculadas por decretos obligatorios establecidos en la Ley de infancia y demás mecanismos legales como el Sistema Nacional de Bienestar Familiar.

Se proponen tres componentes diferenciados como elementos del modelo, éstos se suponen momentos dinámicos que van construyéndose simultáneamente en el ejercicio mismo del ciclo de la política y que le dan el sustento, para mantener el equilibrio dinámico y a la vez transitar en espiral hacia nuevos estados de evolución del ejercicio político. Para ello es fundamental la base ecológica que la sustenta, le da vida y permanencia.

El primero denominado “Lo dialógico, el arte de interligar”; el segundo denominado “Redes autoorganizadas: Mininchakuy”; el tercero denominado “La Gestión Integrada Auto-eco-sostenible: La Idea del arropamiento”.Como se observa en la gráfica a continuación, situado en el contexto local, en el centro de todas las acciones del modelo se ubica el sistema relacional entre las familias, la sociedad y el Estado, visto como un nicho ecológico dinámico, flexible, recursivo y dialógico, que es un necesario construir territorializado, con el fin de garantizar el goce efectivo de los derechos de niños, niñas y adolescentes, conforme a las particularidades de los contextos territoriales y sus propias dinámicas; de lo urbano y lo rural. De esta forma, se presenta la figura con el modelo a continuación.

Figura 1. Modelo dialógico auto-eco-organizacional Diagrama

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2.2 Lo dialógico: el arte de inter-ligar

El primer componente, se expone como un proceso dialógico transdisciplinar, transformador, que se origina en el ciclo de la política, sobre la base de la praxis social, participativa y los mecanismos de autoorganización que se fundan de la postura en diálogo y la generación de vínculos entre agentes y actores, en equipos de trabajo que realmente desarrollen un ejercicio horizontal en la toma de decisiones y asunción de responsabilidades. Los momentos del ciclo de la política en términos tradicionales, con las apuestas creativas que se involucran desde la sociopraxis, que es finalmente lo que marca la diferencia, ya que se trata de una construcción colectiva y no un ejercicio de formulación vertical desde técnicos, expertos o burócratas.

Como característica de este proceso, se da la vinculación de agentes y actores desde el inicio del mismo, introduciendo metodologías prácticas y creativas, transformadoras de pensamiento y que tienden a la acción, tales como la generación del mapa de la riqueza, el cual se orienta a la identificación de potencialidades y capacidades en las cuales se centra, para la construcción de presupuestos participativos y la generación de equipos de trabajo que realmente desarrollen un ejercicio horizontal, en la toma de decisiones y asunción de responsabilidades. La formulación e implementación de las políticas públicas de infancia no puede desligarse de un ejercicio riguroso en tanto proceso, sin embargo, “éste debe ser un proceso participativo y creativo que incremente todo lo que conduzca al cambio transformador, pero al ritmo de la gente” (Gutierrez y Villasante, 2007, p. 125).

Relacionado con el ciclo de la política pública, lo dialógico se introduce como la posibilidad de la construcción participativa y reflexiva, partiendo de la conformación de grupos operativos o gestores que asumen el liderazgo, siguiendo con el análisis de las problemáticas complejas, el análisis de actores, redes y relaciones y desde allí determinar los conjuntos de acción a implementar. Esto ha de ser un proceso de aprendizaje conjunto, “aprender para transformar y transformar para aprender” (Arnanz, et al, 2020, p. 135). Conforme lo plantea Villasante (2006),

Se plantea cooperar desde abajo y no sólo coordinar desde arriba, integrar en el proceso todas las iniciativas y capacidades de los seres de cada uno de los ecosistemas en donde estamos. La “sinergia” que se trata de producir no es una simple suma de las partes, sino la multiplicación de las iniciativas que surgen en la vida cotidiana. Es decir, pasar a marcar la agenda de los sistemas representativos desde propuestas populares y comunitarias. Y no esperar a que sean los poderes económicos y mediáticos los nos organicen la vida, y ante los que tengamos que estar en continua defensa. (p. 14)

Con lo anterior, se busca un ejercicio horizontal en la toma de decisiones y asunción de responsabilidades, entre tanto se construye en la organización de redes de articulación de respuestas integradas con los diferentes niveles de gobierno. De acuerdo con Ardón y Baker (2021)

Su afán está en lograr una dinámica junto a los protagonistas del territorio en el sentido de rescatar, construir y reconstruir visiones y proyectos conjuntos que permitan la visibilidad e intercambio de conocimientos, prácticas, aptitudes y percepciones, así como el fortalecimiento de las relaciones entre actores y actoras participantes en iniciativas de desarrollo y sus vínculos con el sitio. (p. 5)

Como quiera que la formulación de política pública es un ejercicio de planeación conjunta, las acciones y presupuestos habrán de ser incluidas en los planes locales de desarrollo, o en los de otros niveles departamental o nacional, dependiendo de la magnitud, ya que dadas las características de organización del Estado, resultan ser recursos desconcentrados o descentralizados y a la vez significan el desarrollo de habilidades de incidencia, concertación y presión de abajo hacia arriba cuando los mismos no se ubiquen en lo territorial. De ahí la importancia de la interdependencia que se genere en la forma de organización que se concerte para la ejecución de la política, y el proceso educativo formativo que conlleva inmerso, puesto que, para concertar un presupuesto, debe instruirse a los implicados e informar a la comunidad.

2.3 Redes autoorganizadas: Mininchakuy

Mininchakuy es un término indígena quechua, que significa entramar los hilos de un tejido, integrarlo todo. Este componente hace referencia a la generación de redes autoorganizadas y vinculares de apoyo, que orientan la conformación de una organización operativa, democrática, a manera de tejido soporte que garantice la sostenibilidad de las acciones, sobre la base de elementos fundamentales como solidaridad, reciprocidad, cooperación y concertación, en un “pacto de corresponsabilidad” (Villasante, 2006, p. 347).

Con respecto a este asunto, lo que se observa hasta ahora son rutas de atención que operan como derivaciones de una entidad a otra. Lo que se pretende en este caso, es la generación de conversaciones, diálogo continuo, sinergia, para que no baste la garantía, sino que niños, niñas y adolescentes logren ser provistos de sus derechos de manera efectiva. Según Mintzberg citado por Ruiz (2004), “las organizaciones son llamadas a constituir asociaciones y solidaridades con el fin de llegar a una constante en sus características y a una sinergia en sus procesos y encontrar una armonía (p. 43)”. De esta manera, se parte de una base de abajo hacia arriba, con la idea de que, “la estructura autoorganizativa que construye la gente implicada, es la única garantía de que se puedan ir consiguiendo los resultados esperados” (CIMAS, 2020, p. 17)

Ahora bien, más allá de la conformación de las bases participativas comunitarias y de actores soporte, se requiere de la organización formal que conecte lo local con los entornos que contiene el sistema correlacional y generar la suficiente sinergia a fin de incidir en las decisiones que deben converger en lo local. Tal como lo afirman Martín y Villasante (2006),

Hay una correlación entre lo que pasa en los ambientes familiares, en las sociedades civiles locales y en los estados. Y que los procesos de cambio si solo se producen a nivel local, y no se consiguen cambiar las formas societales y estatales, tienen muy difícil consolidarse de la misma forma que si solo hay un cambio de poder por arriba, pero las formas vinculares siguen siendo las mismas por abajo, tal poder acabará por bloquearse y degenerar. (p. 137).

De esta manera, la intencionalidad es la de la conformación de redes colaborativas encaminadas a la generación de capital social, en una arquitectura dinámica de sistemas de actores interconectados e interdependientes que producen cohesión entre sí. Según Zimmerman (2016), “el capital social es un tejido delicado… se reproduce y aumenta en las relaciones de intercambio y cooperación” (p. 10), las cuales se traducen en flujos de energía sincronizadas temporalmente en la autoorganización, bajo un marco común orientador de negociación y consensos, para lograr acoplarse conjuntamente.

Por lo anteriormente expuesto, teniendo en cuenta los contextos municipales y territoriales, de los análisis de actores surgen las redes de cooperación, como tejidos variados y únicos para cada caso en particular. Estas formas de organización se consolidan una vez logren desarrollar acuerdos, consensos, tener claridad en los roles y límites que habrán de ser permeables, bajo la premisa del proyecto común integrador que en este caso es la garantía y goce efectivo de derechos de las infancias. De acuerdo con Calderón y Jaime (2018),

La acción colectiva en lo local comprende procesos de participación y articulación de trabajo en red, que permite la vinculación de organizaciones sociales y ciudadanos a escenarios de negociación con mayor incidencia para la toma de decisiones y legitimación de las políticas públicas propuestas, lo que favorece ejercicios de gobernanza a partir de redes de políticas. (p.41)

Lo anterior deberá garantizar la interconexión entre actores como agentes de dinamización de la política y la retroalimentación hacia y desde afuera del sistema de cooperación. Se plantea un esquema de seguimiento al proceso y uno de seguimiento y monitoreo de la gestión, con el fin de tener las informaciones situacionales sucesivas, para poder tomar decisiones ante sistemas desbordantes, que desajusten el proceso o lo eliminen (Villasante, 2006). Se instala el esquema operativo autoorganizado para la ejecución de la política, como un proceso dinámico que opera desde la formulación, cuya evolución “está impulsada por un equilibrio entre fuerzas en conflicto” (Watts, 2006, p. 72). Posterior a ello, se plantea el esquema de la interacción con otras redes locales y globales con el fin de garantizar la sostenibilidad y el nicho ecológico que se pretende establecer para el logro del goce efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

2.4 La gestión integrada auto-ecosostenible: la idea del arropamiento

El tercer componente del modelo de política es denominado Gestión territorial, integrada auto-ecosostenible. Se propone sobre la base de elementos como la Interdependencia, autonomía, co-evolución, adaptación, sostenibilidad, en sistemas de cooperación interorganizacional, los cuales surgen de relaciones recíprocas entre personas y organizaciones, en lo que denomina Zimmermann (2016),

Como un acoplamiento suelto entre organizaciones, en donde los mismos actores participantes acuerdan la finalidad temporal del sistema de cooperación y diseñan o acaso modifican los procesos de interacción. La característica de los sistemas de cooperación no es la suma de las características de sus miembros; más bien se fundamenta en la simultaneidad caótica de las relaciones entre los propios involucrados y su capacidad de auto reflexividad como insumo para la toma de decisiones, en arreglos interorganizacionales como una empresa conjunta o conjunto de valor agregado (p. 19).

De acuerdo con Molano (2012),

La gestión auto-eco-organizadora permite el desarrollo organizativo hacia formas de mayor complejidad, es decir, a mayor capacidad de procesamiento de la información, mayor sensibilidad y autonomía con respecto a su entorno. Desde este punto de vista, podemos decir que la gestión compleja se desenvuelve en escenarios de incertidumbre, donde la inestabilidad es una fuente de creatividad, de innovación y de desarrollo para el propio sistema, por tanto, es necesario absorber la incertidumbre y lograr así su propia adaptabilidad.(p. 46) La gestión auto-eco-organizadora se caracteriza por la capacidad de autoproducir sus propias decisiones, es decir, su relación con el entorno permite una mayor sensibilidad y adaptabilidad hacia el mismo. (p. 47).

Desde la propuesta planteada en la tesis, la gestión integrada auto-eco-sostenible, se desarrolla dentro de territorio municipal, concebido como el espacio material donde se desarrolla la acción humana en torno para el caso que nos ocupa, a la garantía y goce efectivo de derechos de los niños, niñas y adolescentes. Ello implica el entramado en primer lugar, entre una lógica territorial o territorialidad en el sentido planteado por Mönnet (2013), horizontal, que apunta a la descentralización de las acciones de política en tanto plantea un esquema autoorganizado de gestión del gobierno territorial, con múltiples actores en coordinación multiniveles, buscando asegurar la gobernanza local.

En segundo lugar, el entramado se efectúa en una dialógica relacional con la lógica vertical sectorial dominante, centralizada, con presencia en los territorios a través de programas y servicios de los otros niveles del Estado, con incidencia en el esquema de gestión territorial, que apuntan a la organización de redes y sistemas de cooperación. Este entramado se levanta sobre el referencial o imagen de la realidad que viven los niños, niñas y adolescentes en el municipio, la cual se ha construido en el proceso de formulación de la política, y es justamente la que se requiere intervenir de manera dialógica y colaborativa.

De esta manera, este componente apunta hacia la generación de gobernanza, en la idea de arropamiento expuesta por Morín (2020), lo cual se propone como un dispositivo de gestión integral en núcleos de coordinación y comisiones de trabajo o grupos de tarea para el logro de los objetivos y metas propuestas en la intencionalidad local de garantizar que niños, niñas y adolescentes logren disfrutar de sus derechos en entornos de sostenibilidad de las acciones, como redes que conforman micelios o nichos que dan sustento ecológico. Siguiendo a Calderón y Jaime (2018),

La acción colectiva en lo local comprende procesos de participación y articulación de trabajo en red que permite la vinculación de organizaciones sociales y ciudadanos a escenarios de negociación con mayor incidencia para la toma de decisiones y legitimación de las políticas públicas propuestas, lo que favorece ejercicios de gobernanza a partir de redes de políticas. (p. 41)

En este momento de la propuesta de modelo de política, se conjuga el análisis desde el modelo bioecológico, del cual resultan las relaciones intersistémicas que se dan en la coordinación multinivel y multiactores, en la garantía y goce efectivo de derechos de los niños, niñas y adolescentes, con ellos y ellas como protagonistas y centro de toda acción, conforme al análisis de las realidades y la visión compleja construida colectivamente. Estos actores multinivel se vinculan como redes y sistemas de cooperación, que al ser participativos garantizan la gobernanza.

La idea propuesta es que todos los actores se relacionan en un esquema operativo con un núcleo de coordinación y comisiones de trabajo como nodos de actuación que obedecen a conjuntos de acción, con unas comisiones de seguimiento al proceso de formulación y de monitoreo y evaluación de la gestión, apuntando también al fortalecimiento de la gobernanza local. Todo este esquema se vincula y operativiza sobre la base de los principios: interdependencia, autonomía, co-evolución, adaptación y sostenibilidad, a manera de nicho bioecológico.

La sostenibilidad de la política tiene su asidero en el proceso formativo que se genera, en las decisiones colectivas y concertadas que se toman: el reconocimiento de la realidad compleja, la formulación de una visión conjunta en la formulación y planeación participativa; la aprobación de la política mediante un acto administrativo local ya sea por Decreto o Acuerdo del Concejo Municipal; la inclusión en el plan de desarrollo; la socialización en toda la municipalidad y demás instancias de los niveles de gobierno; la gestión de recursos; el seguimiento, el monitoreo, la divulgación y socialización de avances y resultados. En este último punto ayuda un observatorio de derechos de infancias.

Ahora bien, puesto este modelo en el escenario, es importante abordar el tema de la inclusión en la agenda política, partiendo del hecho, que, al ser un ejercicio participativo, del proceso hacen parte los actores clave, contando con un gobierno local quien lidera con un núcleo de coordinación. Es importante considerar este punto, puesto que es necesario garantizar que, al esfuerzo hecho en el proceso, se le dé continuidad a lo largo de los gobiernos siguientes, para que la visión propuesta en la formulación pueda cumplirse. Por eso se habla del nicho de sostenibilidad, que pueden darle la base de los grupos organizados y la sociedad civil y obviamente los mismos niños y niñas que han hecho parte del proceso y que continúan siéndolo a través de los mecanismos de participación establecidos y el acompañamiento a la ejecución de las acciones propuestas.

Así, el modelo de la inclusión en la agenda observada en las políticas formuladas en los municipios tomados como referencia, transita de un modelo de inclusión en la agenda política desde la acción corporativista por influencia de unos grupos organizados privilegiados, que por su posición o su poder, tienen una capacidad de influencia directa sobre la agenda de las autoridades públicas; a un modelo de anticipación, negociación y consenso donde en conjunto con las autoridades públicas, se decide actuar sobre los asuntos relacionados con la garantía y goce efectivo de derechos de los niños, niñas y adolescentes. Se trata según Röth (2006), “de la inscripción en la agenda gubernamental de temas que una administración pública, por su capacidad de anticipar los problemas, detecta y diseña estrategias de prevención o de mitigación” (p. 67).

3. Discusión

Los principios del pensamiento complejo expuestos por Morin, que sustentan los planteamientos de esta tesis, dialógico, auto-eco-organizacional y autonomía, y permiten explicar y sostener la propuesta del modelo de política local basado en el diálogo horizontal entre la familia, la sociedad, el Estado, como referente en la planeación y gestión para la garantía y el goce efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

El modelo propuesto es fácilmente apropiable y adaptable por los municipios y gobiernos locales, de la mano de instrumentos diseñados por los organismos gubernamentales y entidades de apoyo a las administraciones, con la vinculación de las comunidades y los actores sociales que han de vincularse.

El escenario dialógico relacional entre la familia, la sociedad y el Estado en la garantía de derechos de la infancia y la adolescencia a nivel local, deja expuesta una relación de carácter desigual, con familias diversas, fraccionadas y vulnerables, pero a la vez con capacidades adaptativas que solo al ser potencializadas le permitirán asumir sus roles y funciones sistémicas en la interacción dialógica con los agentes corresponsables.

El sistema relacional familia-sociedad-Estado, para la garantía y goce efectivo de los derechos de niños, niñas y adolescentes en Colombia, se desarrolla como un sistema centralizado y vertical, que en el marco del Sistema Nacional de Bienestar Familiar SNBF, se perfila descentralizado como los municipios, en donde sus partes, agentes de cada subsistema, se comporten como un nicho dialógico de protección integral, sobre la base de la constitución de redes de cooperación que propicien y promuevan la comunicación fluida, horizontal y vertical, así como la movilidad adaptativa como un todo que se retroalimenta del medio o suprasistema territorial inmediato, incluido hasta el global. Esto supone a la vez, la transformación de los instrumentos de planeación poco flexibles, impuestos y asistencialistas, hacia políticas locales fundamentadas en necesidades reales y sentidas, formuladas, ejecutadas y evaluadas, desde la participación y la praxis social.

Los municipios tienen la capacidad de autoorganización de los actores locales (agentes del estado, agentes de ONGs, representantes de las comunidades, niños, niñas, adolescentes, familias), involucrados en la garantía de derechos de niños, niñas y adolescentes a nivel local. Si bien es cierto se traslapan muchos espacios, la idea es que se logre la habilidad de integrarlos en un nicho bio-ecológico que dé sostén y sostenibilidad a las acciones que se implementen. El tamaño del sistema influye en el grado de complejidad de éste, sin embargo, para los municipios pequeños como los abordados en este caso, la experiencia demuestra que más fácilmente pueden surgir las conversaciones, relaciones y decisiones estables pero dinámicas a la vez, en tanto pueden ser flexibles ante las presiones del exterior.

Se requiere superar la fragmentación organizando el soporte sinérgico en las redes solidarias, puesto que en el entramado pueden los actores relacionarse, complementarse, apoyarse de manera corresponsable y dinámica, ya que su dispersión es el principal obstáculo para la organización local y las respuestas organizadas. Parafraseando a Jaime (2021), es necesario lograr pertenencia a un grupo u organización, para lograr vincular tanto a actores sociales como a los habitantes de un territorio en un proyecto común que implique co-obligación y corresponsabilidad en términos de vínculo recíproco, mancomunado y solidario sostenido sobre las bases que da la coparticipación.

La sostenibilidad de la política tiene su asidero en el nicho ecológico que se forma en el proceso formativo que debe darse de manera simultánea, intrínseca al mismo proceso creativo de la política, a través de las acciones participativas, que llevan inmerso el componente educativo que se supone propio de esa praxis social que se promueve. La sostenibilidad se la dan las mismas personas de las comunidades, de la sociedad, los niños y niñas, en el ejercicio de participación y movilización.

Se fortalece la autonomía municipal y la gobernanza local en torno al reconocimiento de las realidades y potencialidades desde la mirada de los actores sociales vinculados, gracias a las herramientas participativas utilizadas y a la participación de los ciudadanos en todo el ciclo de formulación de las políticas públicas, la administración y gestión pública.

4. Conclusiones

  • El modelo propuesto apuesta por un enfoque que sitúa a los niños, niñas y adolescentes como actores principales en la construcción de soluciones locales, reconociendo sus redes y organizaciones, junto con el compromiso corresponsable de las familias, comunidades e instituciones del Estado en el ámbito local.
  • Se presenta como un modelo en construcción que ofrece un marco general basado en los principios del pensamiento complejo y estrategias de participación comunitaria, como el diálogo horizontal y la autoorganización, con el potencial de fortalecerse mediante el desarrollo de rutas de acción, estrategias y herramientas concretas para su implementación práctica.
  • El modelo destaca la importancia de aplicar metodologías que permitan identificar capacidades y recursos locales, como talleres participativos, mapas comunitarios y consultas directas a niños y comunidades, asegurando su participación activa y significativa en la formulación de políticas públicas.
  • Este enfoque busca superar la fragmentación tradicional de las políticas públicas centralistas y burocráticas, promoviendo una visión integradora que contemple las interacciones ecológicas, sociales y culturales de los territorios, vinculándolas al diseño e implementación de políticas.
  • Al involucrar a actores locales en un proceso conjunto y horizontal, el modelo apunta a la creación de políticas sostenibles que aseguren continuidad, responsabilidad compartida y una gestión alineada con las necesidades reales de cada territorio.

5. Referencias bibliográficas

  • Ardón, M., & Baker, A. (2021). La investigación participativa integral: una metodología aplicada al abordaje y acompañamiento al desarrollo territorial. De territorios violentos a la paz territorial: territorios, violencias, prisiones e inseguridades, 235-250. Obtenido de https://www.jstor.org/stable/j.ctv2v88cdt.11
  • Arnanz, L et al. (2020). Estrategias transformadoras: Cómo potenciar la creatividad colaborativa desde los movimientos y procesos sociales. Obtenido de https://www.clacso.org/estrategias-y-metodologias-de-participacion/
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  • Molano Mateus, L.F.(2012). Gestión compleja y biodesarrollo: la organización, un sistema autopoiético. Bogotá, Revista de la Universidad de La Salle No. 59
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  • Zimmerman, Arthur. (2016). Redes y sistemas de cooperación. Quito, Ediciones Abya-Yala.

La autora recomienda:

Gamín (documental completo Ciro Durán 1977) que aborda el tema de los “gamínes”¸ niños de la calle y sus estrategias para sobrevivir.

https://youtu.be/gKZcOd5lqkk?si=tzQwRyMGMUXSRcph

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