Reseña
Autoras
Dra. María Emma Zúñiga Vásquez, Licenciada en trabajo social, docente principal de la Facultad de Trabajo Social de la UNA Puno mzuniga@unap.edu.pe
Mg. Verónica Molina Ginocchio, licenciada en trabajo social, asociada Celats, Docente y consultora internacional. Especialista en Políticas Sociales en la Gestión de Proyectos Sociales, Gobernabilidad y Gerencia Política Gestión Pública,
Palabras clave. Formación profesional, políticas públicas, trabajo social, competencias, pensamiento crítico.
1.Contexto del evento:
El conversatorio se llevó a cabo el 30 de octubre a las 7:00 p.m. de manera virtual. Fue organizado por el Consejo Directivo del CELATS y el Núcleo Temático de Políticas Públicas. Se desarrolló con la finalidad de realizar un análisis situacional de la formación profesional en esta materia, que permita encontrar las oportunidades, los nudos críticos, y los desafíos que profesionales de Trabajo Social deben enfrentar en este campo al insertarse en el mercado laboral y para lo cual debe responder la formación académica.
El conversatorio reunió a docentes de las Facultades y Escuelas Profesionales de Trabajo Social de diversas universidades del Perú, como la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP), la Universidad Nacional del Altiplano (UNAP), y la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión (UNJFSC) que desarrollan cursos sobre políticas sociales y políticas públicas.
Las ponentes principales fueron:
- Dra. Vivian René Valderrama Zea, trabajadora social y docente de la Universidad Nacional del Altiplano (UNAP).
- Dra. Yuliana de Lourdes Escudero Villanueva, trabajadora social y docente de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión (UNJFSC).
- Dra. Eleana Bullón López, trabajadora social y docente de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP)
Además, se contó con la participación de comentaristas como:
- Soc. María Rosa Boggio Carrillo, asesora del Núcleo Temático de Políticas Públicas del CELATS y docente en la UPG de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
- TS. Beatriz Urquía Rojas, de la Dirección General de Seguimiento y Evaluación del MIDIS.
2. Contenido:
2.1 Ponencias.
Ponencia 1: La formación en pregrado del curso de políticas sociales.
Dra. Vivian René Valderrama Zea, docente de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno
Inició su presentación con la pregunta: ¿Qué buscamos con la política pública?, mencionó que es la legitimación del trabajo social basada en una fundamentación teórica y epistémica y no solo reducida a la implementación bajo el modelo liberal y desde la cuestión social se busca una respuesta contestataria desde diferentes enfoques. Para el caso de Puno el estudio de demanda laboral ha permitido articular las competencias de los cursos y las prácticas preprofesionales, las que se han concretizado a través de los convenios con los diferentes ámbitos de intervención tanto del estado, empresas privadas y ONG. Asimismo, indicó que la enseñanza es atomizada y parcializada bajo un enfoque positivista y que la formación requiere de cursos que den un buen soporte, sobre todo desde la filosofía. Recalcó que el nudo crítico está en el proceso de secuencialidad – de la formación en políticas públicas- a través de las prácticas preprofesionales. Y a manera de reflexión indicó que urge una formación teórica y epistemológica del trabajo social que le de sustento ya que en los últimos tiempos se ha ido flexibilizando.
Ponencia 2: formación de pregrado de las políticas públicas y las exigencias contemporáneas.
Dra. Yuliana de Lourdes Escudero Villanueva, docente de la Escuela Profesional de Trabajo Social de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carreón
Orientó su exposición a ubicar la formación en su universidad para dar un marco a las exigencias del profesional contemporáneo. Señaló que el mundo globalizado demanda una formación que responda a las nuevas exigencias y que los desafíos reales del ámbito laboral deben ser respondidos desde la academia, donde los valores y la vocación de servicio deben ser considerados. Eso implica, tomar en cuenta la naturaleza del Trabajo Social y su compromiso con el bienestar social. Para ello, el currículo debe permitir un contacto con la población a través de un aprendizaje activo “saliendo de las aulas”; asimismo, una formación a tono con el contexto y en ello, el conocimiento de las políticas públicas y sus repercusiones es muy importante. Resaltó que en su Escuela se realiza la certificación intermedia a lo largo de la formación de pregrado, mencionando tres niveles considerados: a) Evaluador y promotor familiar; b) Evaluador y emprendedor de proyectos de desarrollo social; c) Gestor en el desarrollo del bienestar social, dinamizador de intervención interdisciplinaria y redes sociales. Dentro de los desafíos destacó los recursos limitados de las instituciones y la capacitación continua de los docentes. Y como oportunidades recalcó las alianzas estratégicas que se dan, la incorporación de las nuevas tecnologías y el mega puerto de Chancay en lo que se refiere al impacto social del desarrollo.
Ponencia 3: Cuestión social y las políticas sociales en el currículo de estudios de pregrado.
Dra. Eleana Bullón López, docentes de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional del Centro del Perú.
Respecto al curso de políticas sociales, hizo una breve referencia a los antecedentes respecto de la incorporación de los cursos de política social en su universidad, señalando que es a partir de del estudio de la cuestión social el año 1995, con las nuevas categorías relacionadas a la pobreza, violencia política y últimamente la violencia familiar, se propició también la incorporación de cursos de política social al currículo desde el año 1998. Frente a ello, la respuesta del Estado con una gran cantidad de programas sociales, más que políticas sociales, ya que éstas debieran tener un alcance universal y eso no se ha producido en el país. Por su metodología de focalización, los programas sociales son lo que más ha destacado en el país y como resultado de los compromisos internacionales asumidos por el estado peruano, se crearon los nuevos ministerios para el ámbito social: MIMP y MIDIS.
En ese contexto, la expositora presentó unas síntesis críticas de dos planes curriculares donde se incorporaron cursos sobre las políticas sociales: El plan 2018, sólo con políticas sectoriales. En el plan 2023, actualmente vigente, existe la asignatura de políticas sociales y Estado, intentando que el estudiante logre un conjunto de conocimientos teórico-metodológicos más amplio, que le permita competencias para investigar, proponer e intervenir en ellas.
Asimismo, se complementa con otras asignaturas que tratan las políticas sociales sectoriales, aunque están más centradas en la gestión social y gestión pública. Respecto a las posibilidades de estudio e intervención del TS en las políticas públicas, indicó que son muy amplias, ya que es un tema de gobierno que está en la agenda social local y regional permanentemente; y por otro lado, el TS es una profesión socialmente reconocida por su actuación técnica.
En cuanto a las limitaciones, éstas giran en torno a que en el pregrado la formación en políticas sociales es básica y débil en cuanto a teorías, lo que lleva a una intervención más bien operativa de implementación, dificultando la intencionalidad del currículo. Asimismo, la formación por competencias también dirige la intervención mayormente a la instrumentalización y a la aplicación de herramientas, más que al análisis crítico y proposición de alternativas. Se aprecia que la política neoliberal imperante tiene una posición conservadora en cuanto a políticas sociales, donde no cabe una postura innovadora y crítica. Eso se observa en la concepción de “beneficiario” respecto del sujeto de la atención social, algo que repiten los trabajadores sociales sin mayor cuestionamiento de lo que hay detrás de esa categoría, en los distintos programas donde intervienen.
2.2 Comentaristas:
Soc. María Rosa Boggio Carrillo, asesora del Núcleo Temático de Políticas Públicas del CELATS, Docente de Ciencias Sociales de la UNMSM
Señaló la complejidad que implica comentar respecto a la amplitud y especificidad vertida en este conversatorio, sin embargo, hay asuntos muy concretos que destacar, como, por ejemplo, las exigencias transversales en la formación de pregrado:
– Hacer explícito el debate sobre el tipo de sociedad y el tipo de personas que estamos promoviendo en la formación. Es decir, la formación tiene a la base una discusión profunda que le permite visualizar el tipo de profesional que busca generar en la sociedad. Por lo tanto, es muy conveniente que en las discusiones curriculares que incluyen una variedad de asignaturas, se haga explícito el debate sobre el tipo de sociedad a construir, pues generará el contenido de la formación a desarrollar.
– Asumir las exigencias de un pensamiento crítico que parte de un conocimiento complejo, integral y articulado, teniendo en cuenta las condiciones estructurales que afectan directamente la eficacia de las políticas públicas sociales.
Por otro lado, destacó en las expositoras la apuesta por una mejor comprensión teórica del rol de estado y del mercado, así como del debate constante entre lo público y privado respecto al desarrollo de las políticas públicas y en ello, es importante respondernos ¿qué entendemos por bien público? Asimismo, señaló que debemos ampliar la mirada respecto a la articulación de actores en los diversos y nuevos terrenos de la política pública, por ejemplo, señaló las políticas del cuidado. Eso implica la construcción de conocimientos sobre la realidad social, a nivel de la investigación, para promover una mejor pertinencia de las políticas frente a la diversidad del país, ya que hay una excesiva estandarización de estas.
Indicó también que es posible mirar la gerencia social desde un enfoque de construcción de ciudadanía, con características de flexibilidad, adaptativa y participativa. El manejo de la diversidad de situaciones en el territorio y la fortaleza de la gerencia social para conducir y ejecutar las políticas es bastante pertinente para el profesional de hoy. Ello lleva también al desarrollo de habilidades blandas que permitan una relación pertinente con los diversos actores involucrados. mediante la empatía y sensibilización.
En cuanto a la metodología señaló que es clave la búsqueda de la relación teoría/práctica a través de un dialogo permanente con la realidad, por tanto, el peso que debe darse al ejercicio práctico es importante. Se mencionó el estudio de casos, sin embargo, debe avanzarse con ensayos de propuestas en la elaboración, reformulación de políticas públicas a nivel local, regional o nacional.
Respecto a los desafíos resalta que no aparece el rol y especificidad del trabajo social como articulador y “bisagra”. Es necesario que el profesional pueda entender el papel que le toca cumplir respecto a la política pública y a los demás actores sociales. Por lo tanto, la formación debe dosificar los logros teóricos junto con los prácticos; siendo en los currículos donde debe darse esa orientación. Destacó la innovación a través de las certificaciones en la formación de pregrado en la UNFSC de Huacho, algo similar podría considerase en otras áreas de formación que permitan ver niveles de logro para el área de políticas públicas, por ejemplo.
Finalmente, dentro de los desafíos destacó que hay que entender la política social y su relación con los programas sociales, actualmente se encuentra entrampada en una visión tradicional, todavía concentrada en la segmentación de los servicios y sin llegar a todos los rincones del país. La apuesta va también por estudiar las condiciones estructurales que afectan directamente la eficacia de las políticas sociales en el país (diversidad, desigualdad, debilidad institucional, informalidad, etc.)
Beatriz Urquía Rojas, Dirección General de Seguimiento y Evaluación del MIDIS
Remarcó las limitaciones de la formación en trabajo social, ya que es una carrera que no se encuentra en el ámbito del diseño de las políticas sociales, sin embargo, existe por su intención de atender las diversas necesidades sociales. Por lo tanto, la preparación profesional debe pasar por fortalecer el conocimiento de las bases estructurales sobre las cuales se generan las políticas públicas y las políticas sociales que justamente atienden esas necesidades. En ese camino, señaló que entre los profesionales de trabajo social es muy restringido el conocimiento de economía, gestión pública e incidencia política, lo cual limita la comprensión del alcance de las políticas públicas en el desarrollo y la perspectiva contextual de relación entre la teoría y práctica.
Otros aspectos importantes en la formación están relacionados con un manejo insuficiente de la planificación estratégica de la ejecución de experiencias tácticas en el diseño de políticas.
Hay que considerar que el desarrollo de habilidades sociales y la capacidad de liderazgo para conformar equipos multidisciplinarios no son capacidades menores y facilitan el vínculo y la comunicación con los actores. Recomendó un abordaje desde la teoría del cambio que implica comprender el problema en todas sus dimensiones para delimitar adecuadamente la problemática en ese sentido, es decir, un mayor conocimiento en metodologías mixtas de investigación. Destacó la importancia del desarrollo de competencias de manera gradual, para superar el restringido nivel de competencias que presentan los profesionales en el manejo público.
3. Reflexiones desde la mirada del trabajo social:
Es necesario revisar el propósito de la profesión y su vínculo con las políticas públicas, considerando el objeto, rol, problemas sociales y estrategias. La práctica se ha centrado en la acción operativa limitando su perspectiva. Por tal razón, es fundamental promover la actualización, la reflexión crítica y la sistematización de experiencias, orientadas a trascender la instrumentalidad técnica y estructurar un pensamiento integrador.
La profesión en el siglo XXI se plantea desafíos frente al contexto del desarrollo social. El empoderamiento de los usuarios/ beneficiarios de las políticas sociales, desde perspectivas de construcción de ciudadanía, con corresponsabilidad y fortalecimiento de la democracia participativa, que les permita ser ciudadanos y actores protagonistas. La intervención en la ejecución de las políticas requiere una lectura crítica de la cuestión social contemporánea, para lo cual la investigación sobre todo desde el enfoque cualitativo, con la I-A-P (investigación-acción-participante) se convierte en una herramienta o metodología de intervención y sustento de propuestas alternativas e innovadoras que justifiquen acciones de incidencia en los tomadores de decisiones de políticas.
Hay una convergencia de la política pública con el bienestar social, desde una praxis que trascienda del diseño y gestión de las políticas sociales y se concretice en la operatividad de los programas sociales, conjugando el conocimiento y pensamiento crítico de la realidad social compleja, que incida en el respeto irrestricto de los derechos humanos y en la vida digna de los y las ciudadanas, a partir de la búsqueda de soluciones reales y sostenibles a problemas estructurales y contextuales, basadas en la experiencia, las técnicas y las metodologías profesionales.
Por lo anterior, se aprecia la necesaria inclusión de cursos sobre políticas públicas y políticas sociales. Una urgente tarea es la revisión y evaluación de los currículos vigentes de las diferentes escuelas profesionales que permita la incorporación y/o actualización de las cartas descriptivas, dado que esas asignaturas proporcionan herramientas teóricas y prácticas necesarias para comprender y abordar los problemas sociales desde una perspectiva estructural, integral y transformadora. Además, estos cursos fomentan una visión crítica bajo los principios de equidad, justicia social y defensa de los derechos humanos, permitiendo a los futuros profesionales tomar decisiones informadas y estratégicas en su labor, promoviendo cambios sostenibles y mejorando la calidad de vida de la población.
Si existe un posicionamiento real y reconocido de los trabajadores sociales, que han demostrado creatividad y compromiso en ese vínculo directo con las comunidades, esta cercanía debe ser la base para formarlos no sólo en el conocimiento, análisis y vacíos que se dan en las políticas vigentes, sino además en las competencias requeridas para proponer soluciones prácticas desde y con la participación de los ciudadanos, asumiendo los principios de equidad y justicia social en realidades concretas. Hasta el momento, el trabajo social no está involucrado en el diseño de las políticas sociales y esa es una tarea urgente, por tanto, es necesaria la preparación teórica y metodológica, incluyendo la incidencia política y/o advocacy con los tomadores de decisión en todos los niveles de gobierno, por el impacto específico que las políticas y programas tienen en la vida cotidiana de los ciudadanos.
4. Conclusiones.
- Se reconoce que la formación de pregrado en trabajo social, en las diferentes escuelas profesionales, permite a sus egresados desarrollar competencias prioritariamente en la ejecución de las políticas sociales. Las practicas preprofesionales en campo les otorga una perspectiva única para abordar las necesidades y desafíos específicos que enfrentan las poblaciones en condiciones adversas, mediante procesos de educación, participación y promoción social.
- Urge la revisión, actualización y evaluación de los currículos de estudio de las diferentes escuelas profesionales, con la participación de los empleadores y trabajadores sociales, que permita analizar y debatir sobre el tipo de profesional que demanda la sociedad y sobre el rol que cumple los trabajadores sociales en el diseño y monitoreo de las políticas sociales.
- Desde la formación en pregrado a la intervención profesional en la política social debe superar esa visión tradicional que segmenta los servicios sociales, desde un pensamiento crítico debe analizarse las condiciones estructurales que afectan directamente la eficacia de las políticas sociales en el país (diversidad, desigualdad, debilidad institucional, informalidad, etc.), por otro lado, se requiere ampliar la mirada respecto a la articulación de actores en los diversos y nuevos terrenos de la política pública.
- Se requiere construir conocimientos sobre la realidad social y la investigación cualitativa desde la I-A-P puede permitir desde sus hallazgos una mejor pertinencia de las políticas frente a la diversidad del país, ya que hay una excesiva estandarización de las mismas y donde el trabajador social realice incidencia política en los diferentes niveles de gobierno.