

Placa de la Estatua de la Libertad, Nueva York Harbor
Una caravana de migrantes provenientes de Centroamérica ha estado bajo los focos a nivel mundial, desde que salieron de Honduras, Guatemala y El Salvador hacia Estados Unidos vía México. Se estima que la caravana se compone de cerca de 3000 a 7500 personas, siendo este el más reciente ejemplo de décadas de flujos migratorios de individuos y familias que tomaron la difícil decisión de abandonar sus casas y comunidades para intentar entrar en un país que se ha se opone enérgicamente a su entrada y que, probablemente, separará a sus familias y llevará a la deportación de éstas. Incluso sabiendo que pueden ser robados, violados, secuestrados o incluso presos durante su paso por México, así como conscientes de los riesgos que van a encontrar junto a la frontera con Estados Unidos, estos migrantes hacen el viaje porque, a su entender,
Como inmigrantes forzosos, éstos optar por dejar a sus amigos, familias, casas y comunidades, porque la opción de permanecer en los países de origen sería seguir estando extinguidos, secuestrados, agresión, asesinato de miembros de la familia, reclutamiento forzado de los familiares más jóvenes para el crimen organizado, así como amenazas terroristas por parte de miembros de pandillas y / o de las fuerzas de la autoridad.
A pesar de la naturaleza de las dificultades en los países de origen, los migrantes centroamericanos, especialmente los que integran la caravana, se han utilizado como parte de una estrategia política que clasifica a tales migrantes como una amenaza a la seguridad de los Estados Unidos, caracterizar abusivamente a tales migrantes como criminales, terroristas y oportunistas. Estas falsedades sirven para distorsionar la realidad de la migración forzada, proporcionando así un pretexto para la adopción de crueles políticas de inmigración, así como para reforzar la militarización de la frontera de México con Estados Unidos.
Los migrantes provenientes de América Central y de otras regiones han sido afectados por una violencia endémica, donde el declive de la seguridad pública aliada a una permanente inestabilidad política y económica, explican por qué esta caravana en busca de la anhelada solicitud de asilo.
En vez de cumplir con sus obligaciones, de acuerdo con su ley de asilo, así como con las normas del Derecho internacional, los Estados Unidos regularmente arrestan, detienen y deporta a miles de solicitantes de asilo, atropellando así todos los procedimientos legal.
Recientemente, las autoridades norteamericanas colocaron a más oficiales de inmigración en los puestos fronterizos para mandar a todos aquellos que planean realizar una solicitud de asilo. Muchos han sido detenidos y repatriados a través de rápidos procedimientos de deportación. Recientemente, y de forma trágica, muchos niños migrantes fueron separados de sus padres por largos períodos de tiempo, y muchas de ellas todavía aguardan para reencontrarse con sus familias. Además, miles de migrantes procedentes de Centroamérica son detenidos en prisiones privadas con fines de lucro durante largos períodos de tiempo, hasta su audición y deportación. Tales medidas severas se utilizan para disuadir a nuevos flujos migratorios, ya que tales migrantes detenidos se utilizan para pasar un mensaje a los que aún se encuentran en sus países de origen, en el sentido de dar a entender que éstos no son bienvenidos y serán tratados con severidad. Estas políticas son inhumanas e incongruentes con los principios y valores de los Estados Unidos.
La Comisión de Derechos Humanos de la Federación Internacional de Asistentes Sociales repudia las actuales políticas y prácticas de inmigración de Estados Unidos hacia los flujos migratorios de América Central y recomienda al país a cumplir sus propias leyes y tratados internacionales sobre refugiados . Además, la Comisión solicita a la Administración para que procese a todos los solicitantes de asilo de manera justa y juiciosa, reconociendo las circunstancias de riesgo que llevan a estos migrantes a buscar asilo en los Estados Unidos. La caravana debe ser recibida y apoyada por asistentes sociales, no por soldados.
Una alternativa a la imposición agresiva de tales políticas de inmigración ya la militarización de la frontera es involucrar a los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras a través de una asociación internacional para ayudar a mejorar y estabilizar las condiciones económicas y sociales en esos mismos países, pues sólo así la situación podrá estabilizarse y mejorar, llevando a que los ciudadanos centroamericanos puedan permanecer y vivir en seguridad en sus propios países. Si los Estados Unidos invirtieron los recursos que actualmente gastan en la imposición de tales políticas de inmigración y en la detención de migrantes en la asistencia externa a esa región, los migrantes tendrían ciertamente la oportunidad de optar por permanecer en sus países de origen. Programas de ayuda y cooperación internacional a los países de Centroamérica, a través de la inversión en escuelas,
Emitido por:
Silvana Martínez
Presidente de la FIAS
Colleen Lundy
Comisaria Global de la FIA para los Derechos Humanos
Larry Emil Alicea-Rodríguez
Presidente Regional de la FIAS para América Latina y el Caribe
Jan Christianson-Wood
Presidente Regional de la FIAS para América del NorteEnlace: https://www.ifsw.org/comunicado-da-fias-sobre-a-caravana-de-migrantes-centro-americanos/