La justicia no puede ser solo para un lado, debe ser para ambos. Eleanor Roosevelt
Autoras:
Laura Valentina Camacho Ríos, colombiana, trabajadora social en formación, Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Bogotá, D.C. – Colombia. Correo: lvcamacho@unicolmayor.edu.co
Nicol Estefany Castro Guzmán, colombiana, trabajadora social en formación, Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Bogotá, D.C. – Colombia.
Correo: nestefanycastro@unicolmayor.edu.co
Resumen:
El estudio aborda la intervención del trabajo social con adolescentes ofensores/as sexuales dentro del programa PASOS en Bogotá, Colombia, enfatizando en la justicia restaurativa como una alternativa al modelo retributivo de justicia. Para ello, se retomó el concepto de especificidad profesional y los elementos que la componen, desde los postulados de Susana García Salord, los cuales fueron interpelados y/o reconstruidos a través de las narrativas de los/as trabajadores/as sociales en el programa PASOS. Se utilizó un diseño cualitativo y descriptivo, basado en el paradigma comprensivo interpretativo con aplicación de entrevistas semiestructuradas, grupos focales y observación participante aplicados a dichos profesionales. Los resultados resaltan la justicia restaurativa como un área emergente del trabajo social y su papel ético-político en la misma, destaca en la importancia del modelo sistémico y precisa el rol profesional del trabajo social como educador alrededor de la sexualidad, movilizador del sistema familiar, orientador en la prevención de la reincidencia y mediador con el sistema judicial.
Palabras clave:
Especificidad profesional, ofensores/as sexuales adolescentes, justicia restaurativa, trabajo social, agresión sexual, modelos de intervención, enfoques de intervención, proceso metodológico, rol profesional, programa PASOS.
1.Introducción
La justicia restaurativa se ha consolidado como una alternativa al carácter retributivo y punitivo del modelo de justicia tradicional. Permite otras formas de comprender y abordar el delito, teniendo en cuenta a los diferentes actores y factores implicados, con el objetivo de enmendar los perjuicios ocasionados. A través de un proceso restaurativo, que identifica las causas, los daños y la responsabilidad, se busca la reparación simbólica de las víctimas y la reintegración social de los ofensores. En esta línea, y con el propósito de cambiar la narrativa en torno a la delincuencia, la justicia y la comprensión del individuo, se reconoce como ofensores a aquellas personas involucradas con el sistema judicial por conductas abusivas de carácter sexual. Bajo el enfoque restaurativo, se hace énfasis en que, más allá de infringir una ley, se cometió una ofensa contra la integridad y dignidad de otro ser humano.
Colombia adopta la tendencia mundial hacia la justicia Restaurativa en el contexto juvenil con la creación del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA), emitido por el Código de Infancia y Adolescencia con la Ley 1098 del 2006. Este sistema busca aplicar medidas con carácter pedagógico y específico, diferenciadas del sistema para adultos. En 2021, se aprobó la Política Nacional de Justicia Juvenil Restaurativa, orientada a la prevención del delito y la construcción de proyectos de vida alejados del mismo. Bajo estos lineamientos, y a cargo de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia en Bogotá, el Programa para la Atención y Prevención de la Agresión Sexual (PASOS) brinda atención especializada a víctimas y adolescentes involucrados en conductas abusivas de carácter sexual, llamados ofensores sexuales adolescentes en este estudio.
Se reconoce como ofensores a aquellas personas involucradas con el sistema judicial por conductas abusivas de carácter sexual. Bajo el enfoque restaurativo, se hace énfasis en que, más allá de infringir una ley, se cometió una ofensa contra la integridad y dignidad de otro ser humano.
Respecto a la acción del Trabajo social en este escenario, si bien, existen elementos que dan cuenta de algunas prácticas del profesional de trabajo social con ofensores/as sexuales adolescentes y, por otro lado, que ubican la profesión dentro de equipos interdisciplinarios alrededor de la justicia restaurativa, no se encuentran investigaciones previas que articulen estas dos categorías o que apunten al desarrollo de la especificidad profesional en esta área de intervención. Esto, sumado a la pérdida de competitividad y desprofesionalización del trabajo social frente a otras profesiones en el campo socio-jurídico, y la falta de visibilidad de los procesos específicos de intervención, según García (1991), plantea un desafío.
La presente investigación contribuye a la construcción del corpus teórico-metodológico del Trabajo Social, fortaleciendo el saber especializado y orientando el ejercicio profesional a partir del análisis crítico de la praxis de los trabajadores sociales. Además, vislumbra nuevas formas de intervención con adolescentes ofensores sexuales, subrayando la necesidad de trabajar simultáneamente con víctimas y agresores para prevenir la permanencia de conductas abusivas en la edad adulta.
Basándose en el planteamiento de García (1991) sobre la especificidad profesional y sus elementos constitutivos, este artículo busca responder a la pregunta: ¿qué comprensiones tienen los profesionales de trabajo social sobre la especificidad profesional en su intervención con ofensores sexuales adolescentes en el marco de la justicia restaurativa dentro del Programa PASOS?
Objetivo general: explorar cómo los y las profesionales de trabajo social que hacen parte del Programa PASOS, conciben la especificidad profesional con ofensores y ofensoras sexuales adolescentes.
• Definir los marcos de referencia teóricos y metodológicos que orientan las intervenciones de trabajo social en el programa PASOS.
• Identificar las comprensiones alrededor del objeto, los sujetos sociales y los objetivos de intervención de trabajo social en el programa PASOS.
• Describir los procesos metodológicos y técnicas de intervención implementadas por los y las trabajadores/as sociales que hacen parte del programa PASOS.
2. Metodología
El programa PASOS, se ubica dentro de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia de la ciudad de Bogotá, Colombia en la subsecretaría de Acceso a la Justicia, en la Dirección de Responsabilidad Penal Adolescente y surge de lo establecido en el Plan Distrital de Desarrollo “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del Siglo XXI” (2020-2024) con el fin de “(…) reducir la aceptación cultural e institucional del machismo y las violencias contra las mujeres y garantizar el acceso efectivo a la justicia, con enfoque de género” (Acuerdo 761, 2020. p.10, como se citó en PASOS, 2023, párr. 2).
Se vislumbra nuevas formas de intervención con adolescentes ofensores sexuales, subrayando la necesidad de trabajar simultáneamente con víctimas y agresores para prevenir la permanencia de conductas abusivas en la edad adulta.
Desde este escenario, el período de aplicación del estudio fue el año 2023, con un alcance descriptivo y enfoque cualitativo, y, se ubicó en el paradigma comprensivo interpretativo, ya que, el ejercicio surgió del reconocimiento de las subjetividades de las y los profesionales de trabajo social, respecto a los elementos de la especificidad profesional dentro del programa PASOS, partiendo de las comprensiones que ellos/a han construido, de sus sentires en relación a las experiencias en su trabajo con ofensores/as sexuales adolescentes. Desde allí, se retoma la teoría del construccionismo social, ya que el intento por afianzar la especificidad profesional, en este caso, del trabajo social, es en sí mismo un proceso de construcción en tanto, permite que las posturas y experiencias individuales converjan, se complementen en la reflexión disciplinar y la construcción colectiva de marcos de referencia y sustentos teórico-metodológicos que posibiliten intervenciones focalizadas y acertadas.
El estudio se desarrolló a partir de las categorías de análisis establecidas según los elementos constitutivos de la especificidad profesional propuestos por García (1991):
Estructura conceptual: Define trabajo social, objeto y objetivos de intervención, impacto y sujetos sociales. (García, 1991, p.55)
Marco de referencia: “Conjunto de representaciones desde las cuales se entiende y conceptúa el problema, objeto de intervención profesional y el tipo de interacción entre los sujetos sociales”. (García, 1991, p.19). Es decir, los modelos y enfoques de intervención.
Procedimiento metodológico: Dimensión operativa de la estrategia que se traduce en etapas. (García, 1991, p.50)
Se implementaron técnicas de recolección de información como entrevistas semiestructuradas en modalidad virtual a 7 profesionales de trabajo social, un grupo focal presencial en 2 sesiones con 8 profesionales, y observación participante presencial en sesiones individuales, familiares y grupales con 3 profesionales, resultando en 18 diarios de campo. Los participantes, 10 mujeres y 2 hombres, tienen edades entre 30 y 37 años, con 1 a 3 años en el programa y formación posgradual en diversas áreas. La experiencia profesional de los participantes oscila entre 7 y 14 años.
En la primera etapa se organizaron y transcribieron los audios de las entrevistas y grupos focales, y se digitalizaron los diarios de campo. En la segunda etapa, se determinaron unidades y fragmentos para la triangulación de la información. En la última etapa, se realizó una codificación abierta, comparando unidades y descubriendo nuevos significados y conceptos, determinando categorías inductivas y asignándoles códigos.
Respecto a las cuestiones éticas y de confidencialidad, se estableció el consentimiento verbal para el uso académico de la información y el permiso para replicar los conocimientos de los trabajadores sociales, permitiendo la reproducción de sus conocimientos y el reconocimiento de la profesión.
3. Resultados
Los resultados surgen de la triangulación de las técnicas mencionadas, teniendo en cuenta que, a partir de la aplicación de las entrevistas semiestructuradas, se conocieron las comprensiones que los trabajadores y las trabajadoras sociales del programa PASOS, han construido respecto a los elementos que constituyen la especificidad profesional en este escenario, los ejercicios de observación participante permitieron hacer un acercamiento a las dinámicas y metodologías de intervención con ofensores/as sexuales adolescentes y, por otro lado, los grupos focales tuvieron el propósito de profundizar respecto a los elementos de la justicia restaurativa y su relación con el actuar profesional de los y las trabajadores/as sociales.
3.1 Marcos de referencia teóricos y metodológicos
3.1.1 Enfoques para la intervención
Son cuatro los enfoques que los y las trabajadores/as sociales reconocen como fundamentales para la lectura y el abordaje de la imbricación de violencias con las que se relacionan los y las adolescentes:
- Restaurativo
- De género
- De derechos
- Diferencial
En primer lugar, se ubica el enfoque restaurativo, como la guía de ruta para lograr la comprensión de la configuración del delito, como un conflicto multicausal que tiene lugar a partir de las circunstancias personales, familiares y sociales de los y las adolescentes, partiendo de la humanización de estos. Entonces, Es fundamental situar al ofensor fuera de los rótulos impuestos por las sanciones jurídicas y sociales relacionadas con la conducta sexual abusiva, para analizar los factores y particularidades que motivaron cada agresión. De esta forma, desarrollar intervenciones que respondan a las necesidades específicas de los ofensores, considerando a las familias y a la comunidad como sujetos corresponsables y víctimas indirectas del hecho. Luego, a partir de este análisis, los y las profesionales realizan un acompañamiento que reconoce a los y las ofensores/as y sus familias, como sujetos activos con capacidades para desarrollar procesos alrededor de los tres ejes de la justicia restaurativa, responsabilizarse de los daños causados, llevar a cabo acciones reparadoras, cuyo centro sea la víctima, los derechos que le han sido vulnerados y sus necesidades o requerimientos frente al proceso, para, finalmente, cerrar su ciclo en en el programa PASOS e involucrarse de manera asertiva en la comunidad.
Es fundamental situar al ofensor fuera de los rótulos impuestos por las sanciones jurídicas y sociales relacionadas con la conducta sexual abusiva, para analizar los factores y particularidades que motivaron cada agresión.
Por su parte, el enfoque de género marca un horizonte para permear las estructuras heteropatriarcales desde la intervención del trabajo social en el programa PASOS, en tanto, permite comprender las relaciones sociales entre ambos sexos, reconociendo las influencias culturales e históricas que las enmarcan y que inciden en la perpetración del sistema heteropatriarcal, que hace referencia a “la conjunción de las palabras heterosexualidad y patriarcado, que se utilizan con el fin de relevar la centralidad que tienen los sexos asignados y las prácticas sexuales hegemónicas en el sistema de dominación patriarcal” (Poblete, 2014, p.3). Y es que, de acuerdo con las narrativas de los y las trabajadores/as sociales, estos elementos profundizan los mitos y creencias alrededor de la sexualidad, aumentan el desconocimiento y legitiman la agresión sexual. se reconocen dos ejes centrales en el abordaje de las conductas sexuales abusivas con los y las ofensores/as: se ubica el cuerpo como ruta de autorreflexión, debido a que, constituye el primer territorio de dominación en las relaciones de poder basadas en el sistema sexo-género y es el elemento a partir del cual, los y las adolescentes construyen su identidad y en relación con las construcciones sociales, dotan al hombre y lo masculino de un poder que se materializa en las prácticas y vivencias sexuales que transgreden el cuerpo y la dignidad del otro y la otra, con el fin de reafirmar su masculinidad. En segundo lugar, es fundamental hacer una lectura desde la construcción social de la sexualidad en la familia, teniendo en cuenta que es el escenario más cercano para la producción y reproducción de significados alrededor de la sexualidad y es el espacio, en el cual, durante el desarrollo de los y las adolescentes, se refuerza o se interpela el predominio de la heterosexualidad y se normaliza el sistema patriarcal y las conductas abusivas.
También, para ellos, es de suma importancia el enfoque de derechos pues brinda una perspectiva basada en la dignidad humana. Aunque los derechos sexuales y reproductivos son centrales en el abordaje de los delitos sexuales, es necesario ampliar la discusión a los derechos humanos en general. Las sesiones y encuentros parten del reconocimiento de todos los participantes como sujetos de derechos, entendiendo la corresponsabilidad entre la familia, el Estado y la sociedad para garantizar su ejercicio pleno. Los/as trabajadores/as sociales movilizan a los adolescentes a comprender los daños causados, reconocer su responsabilidad en las conductas abusivas y tomar conciencia de las vulneraciones que ellos mismos han sufrido. A partir de allí, se desarrollan acciones para fortalecer la capacidad de los adolescentes en la apropiación y exigibilidad de sus derechos y los de los demás, implicando a las familias como sujetos protectores y considerando su impacto en la comunidad.
Finalmente, se ubica el enfoque diferencial, como una oportunidad para lograr la inclusión a partir del reconocimiento de las diversidades, al respecto los/as trabajadores/as sociales destacan la importancia de analizar el conflicto y proponer estrategias de acción que consideren estos elementos (cultura, edad, sexo, religión etc.), ya que los sistemas de creencias pueden dificultar la adherencia al proceso. Es esencial que los profesionales conozcan a los sujetos y sus familias, conformen grupos según sus características y ajusten las metodologías y técnicas de intervención según sea necesario. Esto garantiza la participación efectiva y la internalización real de los aprendizajes y reflexiones.
3.1.2 Modelo sistémico como horizonte para la intervención
En el programa PASOS, abordar a personas que han cometido ofensas sexuales requiere un análisis holístico que considera tanto las características individuales como las influencias de su entorno social. Los y las trabajadores/as sociales del programa reconocen la importancia de comprender la complejidad de cada individuo y su situación dentro de sistemas sociales más amplios, desde el modelo sistémico, que permite estudiar las interacciones entre el individuo, su entorno y los sistemas en los que está inmerso. Esto ayuda a comprender las raíces de los problemas y a diseñar estrategias de intervención efectivas. Particularmente, se hace hincapié en la importancia de incluir a las familias como parte integral del proceso de intervención, ya que se consideran sistemas abiertos que influyen y son influenciados por el individuo en cuestión. Esto implica entender las dinámicas familiares, los roles que se manejan, la comunicación que se lleva, y, asimismo, se trabaja en la recuperación y/o restauración los vínculos sociales que pudieron verse afectados a raíz del hecho y cómo pueden haber contribuido a la configuración del conflicto. Por otro lado, se reconoce que las y los trabajadores/as sociales desde una mirada del construccionismo social permiten analizar cómo las/los ofensores/as, las víctimas, sus familias y los/las mismos/as profesionales van construyendo activamente alrededor de las realidades sociales que se les presentan y dan una forma a sus entornos sociales, a partir de los procesos de comunicación, la negociación de significados y la interpretación compartida de símbolos y normas sociales.
Ahora bien, en el programa PASOS, se reconoce la diversidad de enfoques teóricos que pueden complementar el abordaje de las conductas sexuales problemáticas de los adolescentes. Los/as trabajadores/as sociales, conscientes de sus propias experiencias y perspectivas individuales, valoran la convergencia de distintos modelos para una intervención integral y efectiva. Entre los enfoques teóricos empleados se destacan el constructivismo, el cognitivo-conductual y el psicoanálisis, reconociendo estos en diálogo con el modelo sistémico, sin dejar de lado que cada teoría tiene sus características distintivas, pero puede relacionarse de alguna manera, posibilitando una lectura integral de las problemáticas que emergen alrededor de la conducta sexual abusiva. En ese sentido, abordar la problemática de la violencia sexual desde el constructivismo y el modelo sistémico proporciona un marco amplio y focalizado. Esto conduce a entender que el conocimiento sobre la sexualidad se construye a través de la interacción con el entorno y la reinterpretación de la información proporcionada por los sistemas sociales en los que el/la ofensor/a sexual adolescente se desenvuelve.
En otras palabras, como lo sustenta García “los significados son una elaboración narrativa que un sujeto realiza dentro de múltiples niveles de un sistema organismo-ambiente jerárquicamente organizado” (2008, p.366). Entonces, lee la problemática sin rotular el sujeto y se remite a cómo influyó la perspectiva relacional y el contexto al momento de cometer la conducta, desde el constructivismo analiza cómo se aprenden e internalizan las normas sociales y los roles de género, y cómo estos factores pueden contribuir a las actitudes y comportamientos que mantienen la violencia sexual. Por otro lado, para las intervenciones individuales, el enfoque cognitivo-conductual se centra en identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales que contribuyen a la violencia sexual. Se busca desafiar y reestructurar creencias distorsionadas sobre la sexualidad, el género y el poder, promoviendo actitudes y comportamientos más saludables. Y, de la mano de este modelo, una profesional de trabajo social refiere utilizar la perspectiva psicoanalítica para sus intervenciones, pero no se profundizó con claridad al respecto.
Abordar la problemática de la violencia sexual desde el constructivismo y el modelo sistémico proporciona un marco amplio y focalizado. Esto conduce a entender que el conocimiento sobre la sexualidad se construye a través de la interacción con el entorno y la reinterpretación de la información proporcionada por los sistemas sociales en los que el/la ofensor/a sexual adolescente se desenvuelve.
3.2 Especificidad profesional
3.2.1 Comprensiones del rol del trabajo social
Las comprensiones que han surgido alrededor del rol del trabajo social se estructuran son las siguientes:
• Rol del trabajo social como educador para desaprender y reaprender en torno a la sexualidad:
Los y las profesionales perciben su quehacer como una práctica pedagógica que posiciona la sexualidad como un eje central en el trabajo con ofensores/as sexuales e invita al reconocimiento de esta como un elemento transversal a todo el desarrollo y la vida del ser humano, apuntando, a la comprensión integral y, en consecuencia, a la promoción de la vivencia saludable y respetuosa de la sexualidad. Lo anterior, a partir de la planificación y ejecución de procesos de educación sexual dentro del programa PASOS, desde una dimensión no formal, lo cual, permite reevaluar las creencias alrededor de la sexualidad y resignificar sus concepciones frente a los patrones socioculturales del sistema sexo-género, en los procesos de educación informal dentro de los sistemas familiares.
• Rol del trabajo social como movilizador del sistema familiar de los y las ofensores/as:
Es fundamental que las redes de apoyo participen activamente y la intervención profesional esté dirigida también hacia las problemáticas familiares y a posibilitar satisfactores para las necesidades individuales de los miembros de la familia. En razón de esto, los y las trabajadores/as sociales, identifican los factores que impiden la participación activa de las redes de apoyo: la no aceptación de la situación en relación con el desconocimiento sobre lo que es y no es violencia sexual y la negación frente al hecho de que su familiar es responsable de una conducta sexual abusiva; el rechazo hacía la otra parte involucrada en el conflicto (la víctima y su sistema familiar) e incluso, la negativa hacia la reconciliación con otros miembros de su familia y el o la adolescente involucrado/a; por otra parte, la confrontación interna que el proceso despierta en cada sujeto, con su sistema de creencias y valores, son situaciones que generan resistencia al momento de involucrarse realmente en el proceso. Es en estos escenarios, donde los y las trabajadores/as sociales, refuerzan la adherencia de las familias, a partir del establecimiento de relaciones de escucha basadas en la empatía y el respeto, para que, voluntariamente, participen e interpreten el programa y el proceso en sí mismo, como un espacio seguro para descubrir su vida como ser individual, familiar y colectivo. Una vez se logra esto, los y las profesionales les acompañan en la comprensión de la situación, sin llegar a juzgar la labor de padres, madres y/o cuidadores, desde el reconocimiento de la verdad por parte de los y las ofensores/as respecto a lo ocurrido y la influencia de los patrones de crianza ejercida por el sistema filial, hasta la identificación de los impactos que tiene la ofensa en sus vidas y emprender acciones restaurativas que incidan positivamente en la dinámica familiar.
• Rol del trabajo social como orientador y promotor de factores protectores para la no repetición de conductas abusivas:
En la intervención con ofensores/as adolescentes, es fundamental la consolidación de ambientes y relaciones seguras que garanticen la no repetición del delito, a partir de un ejercicio profesional encaminado a prevenir la reincidencia, al respecto, Álvarez et al. (2018) concluye que “los factores familiares y sociales que permean la cotidianidad del adolescente ejercen coacción como determinantes para la toma de decisiones de estos en la constitución de su proyecto de vida y en la decisión de reincidir” (p.74). Teniendo en cuenta esto, los y las profesionales orientan, principalmente alrededor de factores familiares y brindan herramientas en relación con habilidades parentales y estilos de crianza, que aporten a la consecución de soluciones perdurables en el tiempo, respecto a situaciones problema de la estructura familiar, la dinámica y relaciones familiares materializadas en la comunicación, el establecimiento de roles, reglas y límites. Esto con el fin de qué, el o la adolescente encuentre en su sistema familiar una red de apoyo sólida y esta se convierta en una instancia de control informal que contribuya a prevenir la reincidencia, pero, además, tenga las herramientas para reconocer en sus hijos e hijas, las señales de esta. En relación con otros factores que posibilitan la reincidencia, dentro del programa PASOS se aborda principalmente el absentismo escolar desde la prevención de la deserción y/o el impulso para la inserción en el sistema educativo, en educación básica o superior, según sea el caso; la presencia de prácticas de consumo y violencia en los ambientes cercanos a los y las adolescentes, a partir de la promoción del uso adecuado del tiempo libre y la vinculación a grupos sociales, deportivos y/o culturales que minimicen el riesgo. Ahora bien, frente a otras necesidades de los y las ofensores/as y sus familias, los y las profesionales llevan a cabo acciones de gestión de redes y enlaces interinstitucionales con entidades públicas y privadas especializadas, que respondan a las necesidades específicas del proceso y posibiliten a los sujetos, el acceso a recursos que mejoren su calidad de vida.
• Rol del trabajo social como mediador entre los actores del proceso y el sistema judicial:
Los trabajadores y las trabajadoras sociales del programa PASOS, se convierten en un enlace entre los sujetos involucrados (ofensores/as y familias) y el sistema judicial, que no deja de ser un escenario hostil para ellos y ellas. Este rol implica para los y las profesionales, ser un canal de comunicación en doble vía, por un lado, deben brindar a los sujetos, información clara acerca del proceso, de tal manera que, desde el primer contacto, para ellos y ellas sea comprensible la sanción, sus causas, efectos y las alternativas que les brinda la ley, al ser menores de edad y estar amparados bajo el Código de Infancia y Adolescencia; todo esto, para que, ofensores/as y familias, como sujetos activos, tengan la posibilidad de tomar decisiones de manera consciente y responsable al respecto. Por otro lado, las y los trabajadoras/es sociales son quienes dan cuenta ante la ley, del proceso que llevan a cabo los y las ofensores/as, presentan los avances, logros y dificultades, están en la capacidad de solicitar prórrogas que amplíen el tiempo para finalizar el proceso restaurativo, además, notifican incumplimientos de la sanción, traducido en baja adherencia con el proceso por parte de los y las adolescentes y la falta de participación efectiva de la familia, reiterativas inasistencias al programa, señales de nuevas conductas abusivas o comportamientos que infrinjan la ley. Asimismo, presentan evidencias del trabajo desarrollado y entregan conceptos que influyen en el rumbo de la situación legal de él o la adolescente, en tanto, dejan ver si existen o no, cambios en las condiciones individuales, familiares y sociales que posibilitaron la conducta sexual abusiva y si se desarrollaron factores protectores para la reincidencia.
Los trabajadores y las trabajadoras sociales del programa PASOS, se convierten en un enlace entre los sujetos involucrados (ofensores/as y familias) y el sistema judicial, que no deja de ser un escenario hostil para ellos y ellas.
3.2.2 Comprensiones desde la perspectiva disciplinar
Estas comprensiones implican reconocer que el trabajo social está en la capacidad de producir conocimiento desde la investigación alrededor de realidades sociales, para aplicarlo en la interpretación y abordaje de los fenómenos sociales, con una idea transformadora de la intervención misma y afianzando de esta manera, la relación teoría-práctica. En palabras de Bueno, (2019) el trabajo social
“para construir disciplina se ubica desde la transdisciplinariedad, un desafío, pues rompe límites e integra conocimientos; permite una visión articulada del problema que trabaja, facilita el acercamiento a diversos segmentos de la realidad teniendo en cuenta su complejidad” (p.23).
Al respecto, se identifican características específicas de trabajo social dentro del programa, pero que, se siguen nutriendo de otras disciplinas y que, van más allá de las habilidades blandas, que no son propias de ninguna profesión. En primer lugar, los y las trabajadores/as sociales, son los únicos profesionales asignados para el acompañamiento tanto de los ofensores/as como de las víctimas y por lo tanto, están en la capacidad de reunir las miradas, expectativas y necesidades de las dos partes. De esa manera, la acción de trabajo social es fundamental para lograr una reparación efectiva y real, en tanto, moviliza a los y las ofensores/as a reconocer y responder a las necesidades de las víctimas. Asimismo, se reitera su idoneidad para orientar el trabajo directo con las familias como parte fundamental para el abordaje de la conducta sexual cometida, teniendo en cuenta la relación inherente entre trabajo social y el contexto familiar.
En línea con la importancia de la interdisciplinariedad para la producción de conocimiento y para el avance de la construcción disciplinar, los y las profesionales reconocen y valoran los aportes que otras disciplinas hacen a la intervención de trabajo social. Entonces, la psicología nutre al trabajo social principalmente para el abordaje desde la dimensión individual de él y la adolescente, con un enfoque clínico del delito, partiendo de la observación y el análisis comportamental, para proponer, procesos de intervención que tengan como resultado la modificación de la conducta, a partir de la mirada de lo cognitivo conductual. Por otro lado, se identifica que los y las profesionales en pedagogía, participan activamente en la consolidación de las estrategias y módulos de intervención individual, familiar y grupal que desarrolla trabajo social en el marco de su actuación profesional desde la educación no formal, que ya se desarrolló anteriormente. En ese sentido, la pedagogía brinda posibilidades metodológicas y en el programa PASOS, en el abordaje de la sexualidad, específicamente, propone elementos artísticos y movilizadores para la reflexión.
3.2.3 Comprensiones desde la justicia restaurativa
Con todo esto, resulta clave también, situar y pensar el ejercicio profesional desde su lugar en la justicia restaurativa, que para los y las trabajadores/as sociales, es una oportunidad de transformación para los y las adolescentes y sus familias, en tanto se considera un proceso de construcción social y una herramienta de paz que permite el tejido de diálogo y pensamientos para la resolución de conflictos, con la convicción de lograr una verdadera reconciliación. Y es también, una construcción personal, desde el reconocimiento de la verdad y la reflexión de sí mismos/as, como seres individuales y sociales, en constante interacción con otros y otras, en clave de la sanación de las partes involucradas. En concordancia, el trabajo social dentro de la justicia restaurativa, se concibe como una profesión que vela por la conformación de buenas relaciones, la recuperación de la dignidad de las víctimas, los y las ofensores/as y el cambio, a nivel individual, familiar y comunitario. En ese sentido, el ejercicio profesional con ofensores y ofensoras sexuales está atravesado por una postura ético-política, cuyo carácter político parte de la comprensión de la agresión sexual y los diferentes tipos de violencia, como resultado de la estructura, las relaciones sociales y las construcciones que surgen de ellas, asimismo, se dota de un sentido crítico hacia el sistema de justicia, convirtiéndose en una apuesta por abordar la ofensa desde una perspectiva de género y garantista de derechos, en miras a la transformación de las formas jerárquicas de relacionarse y el sistema patriarcal en sí mismo, como uno de los principales reproductores de las conductas sexuales abusivas. Respecto a la dimensión ética del ejercicio profesional dentro del programa PASOS, los y las profesionales resaltan los principios de dignidad y justicia social, en tanto, aun cuando se trata de una agresión sexual, su labor implica el respeto por la humanidad inherente de los y las sujetos/as, en este caso, adolescentes ofensores/as y sus familias a lo largo del proceso de intervención, por las víctimas que requieren ser reparadas y que son considerados/as también como sujetos/as de agencia. De esa manera, se reconoce una relación inherente entre el trabajo social y la justicia restaurativa por los principios y valores que, históricamente han hecho parte del quehacer profesional de los trabajadores y las trabajadoras sociales, que se encuentran consignados en el código de ética, y que, responden a las exigencias de un modelo de justicia que propende también, por el reconocimiento de las condiciones estructurales que permean en la cotidianidad y posibilitan el delito y el posicionamiento del otro y de los otros como sujetos sociales y políticos capaces de reparar y transformar sus realidades.
3.2.4 Los sujetos sociales en la intervención de trabajo social en el programa PASOS
Los sujetos de intervención dentro del programa son las víctimas, ofensores y el concepto de comunidad de la justicia restaurativa, se aterriza al sistema familiar de cada adolescente, estos presentan unas necesidades, daños y compromisos según el papel que cumplen en el proceso y son concebidos como sujetos con la capacidad de reconocer y reconstruir su historia de vida, rompiendo con ciclos de violencias. Pese a que el estudio no se centra en las víctimas, estas se identifican como parte fundamental del proceso y sus necesidades son punto de partida.
La mayoría de los ofensores son hombres que han sido víctimas de violencias generacionales. Sus familias suelen estar arraigadas en sistemas culturales y de creencias como el patriarcado y ciertas interpretaciones religiosas, lo que contribuye a justificar, minimizar y normalizar las violencias ejercidas, manifestando un poder desproporcionado sobre las mujeres y aquellos géneros que no se identifican como hombres.
A esto, se le suma los vacíos alrededor de la sexualidad y como se comprende la misma desde la construcción brindada por el sistema familiar, debido a la falta de habilidades parentales y competencias comunicativas y esto se relaciona, a los roles les de género impuestos; el papel de las madres cuidadoras como mayores responsables en las crianzas y de padres ausentes o pasivos que, asumen el único rol, como proveedor económico. Es importante aclarar que si bien son características que comparten en su mayoría, no se asume para la totalidad de la población intervenida. Estos sujetos se comprenden desde su capacidad de agencia para el reconocimiento y la reconstrucción de la historia de vida
3.2.5 Objeto de intervención e incidencia social de trabajo social en el programa PASOS
Si bien, la conducta sexual abusiva es la piedra angular en los procesos desarrollados dentro del programa PASOS, los y las profesionales reconocen que el problema que allí se aborda desde el trabajo social, es la naturalización de conductas abusivas y violentas a nivel familiar y social, en tanto, los antecedentes de agresiones sexuales no son el único factor que refuerza el abuso, sino que, existen otras situaciones de maltrato físico, emocional, económico y prácticas violentas repetitivas en el contexto familiar, escolar, laboral y social en general, que llegan a ser aceptadas e incluso transmitidas generacionalmente y que, intensifican las posibilidades de que los y las adolescentes cometan una ofensa. En ese sentido, para los y las trabajadores/as sociales, se deben tener en cuenta los contextos violentos a los que se han expuesto los y las ofensores/as y su núcleo familiar y que terminan, en algunos casos, en la desensibilización de los y las adolescentes frente a acciones transgresoras, en las que pueden ser testigos, víctimas directas e indirectas e incluso, perpetradores, en el caso específico que los llevó a ingresar al programa PASOS.
En concordancia, los y las profesionales refirieron que como resultado de su ejercicio profesional dentro del programa, la incidencia social se resume en dos categorías: la primera de ellas, tiene que ver con la interrupción de los patrones sociales y culturales relacionados con el género y los sistemas de creencias que legitiman no solo la agresión sexual, sino todos los tipos de violencia. Asimismo, reconocen su ejercicio profesional, como un intento por romper con aquellas comprensiones que se han construido alrededor del delito y los “adolescentes infractores” y en coherencia, destacan sus aportes en el posicionamiento del enfoque restaurativo como alternativa al modelo de justicia tradicional para la comprensión y reflexión acerca de la historia de vida de los y las ofensores/as y su relación con el hecho.
Para el abordaje del objeto de intervención y el logro de la incidencia social, se identifican tres objetivos específicos de trabajo social dentro del programa PASOS, el primero de ellos, está relacionado con la planeación, ejecución y evaluación de espacios formativos para la comprensión integral de la sexualidad, dirigidos a los y las adolescentes y sus familias, desde la consolidación de bases teóricas y metodológicas, la construcción colectiva de módulos de atención individuales, familiares y grupales que rompan con la satanización de la sexualidad y preparar a los y las progenitores/as y/o cuidadores para generar espacios de educación sexual en casa, más allá de conversaciones alrededor del acto coital y el uso de métodos anticonceptivos.
Como segundo objetivo, los y las trabajadores/as sociales trabajan para restablecer vínculos para una dinámica familiar libre de violencias, se trata de establecer espacios tanto individuales como encuentros en los cuales se reúnan todos los miembros de la familia para instaurar acuerdos y compromisos, derivados de un análisis previo de las necesidades y expectativas de cada uno de los y las sujetos/as y los subsistemas familiares, aunado a los ejercicios reflexivos que resultan de los espacios formativos mencionados anteriormente, en donde cada uno y una logra reconocerse como actor responsable en la convivencia familiar. De esa manera, se ubican temáticas específicas que los y las profesionales deben abordar con las familias, teniendo en cuenta los aspectos que consideran necesario fortalecer: orientación en pautas de crianza, comunicación asertiva, resolución de conflictos, establecimiento de límites y normas claras en el sistema familiar, inteligencia emocional y construcción de apegos seguros.
Por último, acompañar en la construcción de un proyecto de vida alejado del delito, por parte de los y las adolescentes, basado en el respeto de sí mismo/a y los y las demás. En ese sentido, los y las profesionales brindan herramientas relacionadas con las habilidades del ser: auto reconocimiento, identidad y autoestima, identificación y fortalecimiento de las redes de apoyo; habilidades para la vida: empatía y comunicación asertiva para establecer relaciones interpersonales sanas, resolución de conflictos y pensamiento crítico para la toma consciente de decisiones. También, resaltan el acompañamiento en el reconocimiento de los centros de interés y las habilidades de los y las adolescentes para descubrir su camino vocacional.
3.3 Proceso metodológico y técnicas de intervención implementadas
Haciendo referencia al proceso de intervención, si bien hay unas fases del proceso restaurativo: valoración, psicoeducación, responsabilización, reparación y seguimiento post-egreso, a partir de la interpretación de las narrativas de los trabajadores sociales del programa se ubica el proceso metodológico específico desde trabajo social, este tiene un carácter cíclico y dinámico. A continuación, se presentan estos momentos y se incluyen las actividades específicas, subdivididas en los procesos mediadores y el saber especializado.
• Diagnostico: comprensión inicial de la conducta sexual abusiva cometida, evaluando las causas y el impacto del abuso sexual, estableciendo objetivos orientados a la responsabilización y reparación de las víctimas y los ofensores.
• Intervención social: Educación y acompañamiento: la educación como punto de partida para la responsabilización de la conducta sexual abusiva. Se imparten módulos educativos alrededor de la sexualidad integral desde los métodos de grupo con los adolescentes y las familias, lo indirectamente contribuye, para construir y fortalecer redes de apoyo.
Acompañamiento focalizado a las necesidades identificadas desde lo individual, familiar y social de los/as sujetos/as para promover la autogestión en diferentes dimensiones.
• Reparación: de las víctimas desde las construcciones de narrativas y simbolismos. Acompañamiento a los ofensores en el camino hacia la verdad, el reconocimiento de relatos veraces ante las familias y las víctimas, que da como resultado, la creación de símbolos tangibles y significativos para la reparación.
• Seguimiento: post-egreso para evaluar el progreso e identificar factores de riesgo y protección para la no reincidencia, aunque este seguimiento puede ser limitado por el alcance del programa.
Cuadro 1: proceso metodológico
Momento | Desarrollo |
1. Diagnostico | Proceso mediadorContacto inicial, lectura de derechos y deberes y consentimiento.
Registro de información. Elaboración de informe. Saber especializado Vinculación de la red de apoyo. Antecedentes biopsicosociales a nivel individual y familiar. Factores de riesgos y protectores. Instrumentos de valoración: genogramas, ecomapas, mapa de redes y otros. Visitas domiciliarias. Plan de acción. |
2. Educación | Proceso mediadorElaboración de materiales para los talleres familiares y grupales.
Saber especializado Módulos educativos en los métodos individual, familiar y grupal. |
3. Acompañamiento | Proceso mediadorInformes de seguimiento cada dos meses.
Saber especializado Gestión y movilización de la familia. Acompañamiento en el proceso restaurativo. Ejecución de plan de atención individual y familiar. / Movilización de recursos. Articulación con las entidades que hacen parte del SRPA, Fiscalía, Defensoría de Familia, Juzgados, Defensoría del Pueblo. |
4.Reparación | Proceso mediadorParticipación en las audiencias.
Informe final y cierre del proceso. Saber especializado Acompañamiento en la elaboración y la materialización del producto de reparación. |
Seguimiento | Proceso mediadorLlamadas de seguimiento.
Informes de seguimiento y mantenimiento. Registro de datos. Saber especializado Identificación de factores de riesgos y protectores alrededor de la reincidencia de la conducta sexual abusiva. |
3.3.1 Técnicas implementadas
Los y las trabajadores/as sociales del programa, consideran que es fundamental la construcción colectiva de nuevas técnicas y la adaptación de algunas otras que se catalogan como tradicionales, teniendo en cuenta especificidades como las problemáticas identificadas en la familia, el tipo de abuso por el cual llegan al programa, el momento del proceso, el tipo de población y la postura que los y las sujetos/as adoptan frente a la situación. Estas técnicas e instrumentos cuentan, entre otras, con las siguientes características:
•Horizontalidad como una posibilidad de romper con relaciones de poder de profesional-sujeto social.
•Reconocimiento de las corporalidades: las técnicas deben ubicar la construcción social del cuerpo en el centro del debate alrededor de la agresión sexual.
•El tejido y el bordado son técnicas simbolizan la co-construcción de saberes en los encuentros grupales en donde se entretejen significados y conocimientos previos, reconociendo la sexualidad como categoría que atraviesa la vida cotidiana.
•Técnicas experienciales para la interiorización de aprendizajes, permiten aprender desde la acción y la reflexión que esta les genera, motivando a los participantes a ser sujetos activos.
Conclusiones
- El modelo sistémico juega un papel importante en la lectura integral de las problemáticas que surgen alrededor de la conducta sexual abusiva. Aunque en todas las narrativas de los trabajadores sociales no se reconoció el constructivismo como un modelo que orienta las intervenciones, se concluyó que esta postura teórica complementa el análisis sistémico, ya que permite comprender las interpretaciones que los sujetos sociales dan a sus realidades y cómo estas influyen en los sistemas y subsistemas en los que se desenvuelven.
- El enfoque restaurativo aún no es tan visible como los enfoques de género, diferencial y de derechos humanos. Por lo tanto, es difícilmente puesto en práctica más allá del ámbito jurídico, desconociendo sus implicaciones en el abordaje de los conflictos en la vida cotidiana.
- No es posible atribuir un sujeto ni objeto exclusivo a la intervención del trabajo social. El ser humano y las realidades sociales complejas, deben ser abordadas en sus múltiples dimensiones, con la conformación de equipos interdisciplinarios.
- El proceso metodológico en el programa guarda una relación con el proceso restaurativo y el tradicional del trabajo social. Se reconoce que muchas de las técnicas tradicionales continúan vigentes; sin embargo, los profesionales poseen capacidades y conocimientos para generar nuevas técnicas o reconstruirlas de acuerdo con las dinámicas contextuales. De esta manera, se reconoce la articulación del trabajo social y la Pedagogía para facilitar y dinamizar el abordaje de las temáticas alrededor de la sexualidad.
- El ejercicio profesional en el programa PASOS se desarrolla principalmente desde su rol en la educación no formal, desde el trabajo social de grupo y con familias. Este rol está orientado a transformar imaginarios y constructos sociales, partiendo del reconocimiento de los saberes, los sentires y las experiencias de los ofensores sexuales y sus redes de apoyo, para promover la construcción colectiva de resignificaciones alrededor de la sexualidad y la reflexión crítica frente a las formas de transgredirla en la cotidianidad.
- La consolidación del programa PASOS ha sido en sí misma un ejercicio que responde a los postulados del construccionismo social. Las diferentes formas de intervención han surgido conjuntamente a partir de los saberes y experiencias que los trabajadores sociales han elaborado y por ello se reconoce la necesidad de sistematizar la experiencia.
- Se reconoce la importancia de identificar y diferenciar los procesos mediadores para el trabajo social.
- La justicia restaurativa es un área emergente para el trabajo social como parte fundamental de los equipos interdisciplinarios que la Política Pública Nacional promueve. Por lo que se requiere la construcción de marcos metodológicos y de intervención específicos.
Referencias
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